Aprender a emprender
Gestión de proyectos
5. La innovación y marginación creativa
La opción social para no cambiar, regularmente se da por parte del segmento de la sociedad en confort, recientemente se identificó que la innovación es impulsada por la transformación de ofrecer servicios bajo nuevos conceptos. El concepto es la idea que da forma al servicio o producto, y la innovación es ese ir más allá de las fronteras tradicionales en razón de ser más competitivos. Las empresas sin importar su tamaño, sufren cuando no son capaces de responder con oportunidad a necesidades creativas de mejorar sus servicios o productos. La innovación es una forma de evolución en adaptación y competición que en los hechos convence, pero esta exige que sus practicantes creen nuevas combinaciones que representen un distintivo alejamiento de las prácticas establecidas. La revolución tecnológica, si bien, a menudo es vista como un fenómeno que presiona a superar inevitables avances en favor de la productividad, escasamente es vista como oportunidad para nuevos conceptos empresariales. Es aquí donde los que están marginados de la soberanía creativa, necesaria para la innovación, sufren la consecuencia de ir siempre rezagados y padecer su exclusión del mercado de oportunidad emergente.
La resistencia a la innovación. Consideremos el caso de los teléfonos celulares. En los 90´s aparecen en el mercado mexicano, rápidamente se adoptó a pesar de que desde un inicio se planteó la preocupación de ser un peligroso causal de cáncer. Desde entonces en los manuales de estos aparatos se escribió la advertencia cancerígena al utilizarlos. A pesar de los debates alrededor de la tecnología celular, su adopción ha sido universal y su plataforma permite el desarrollo de nuevos servicios bancarios, de salud, educación, seguridad y convivencia. Las repercusiones positivas de la comunicación móvil han eclipsado en gran medida su consolidación. En esa misma época, los investigadores europeos demostraron que genes y funciones podrían ser transferidos de una especie a otra. Su trabajo hizo posible que los agricultores de todo el mundo sembraran cultivos transgénicos que resisten plagas y enfermedades, reducen el uso de pesticidas y toleran variaciones climáticas extremas. Sin embargo, la biotecnología agrícola ha estado marcada por la controversia que dio lugar a los tratados internacionales negociados para regular el comercio de transgénicos y el asociado intercambio de material genético por la Convención de Naciones Unidas sobre la diversidad biológica.
En 2013 el Premio Mundial de alimentos fue recibido por Marc Van Montagu, Maria-Dell Chitón y Robert T. Fraley, por sus logros en el avance en biotecnología agrícola. Pero ese anuncio fue criticado por los opositores del papel biotecnológico de las grandes corporaciones agrícolas. En ese mismo año Queen Elizabeth creo un Premio de Ingeniería para los pioneros del desarrollo de la Internet y la Web. Robert Kahn, Vinton Cert y Louis Pouzin, pioneros en el desarrollo de protocolos que constituyen la arquitectura fundamental de Internet, mientras que Tom Berners creó la Word Wide Web y extendió considerablemente el uso de la Internet más allá de la transferencia de archivos y correo electrónico. Marc Andresssen, mientras era estudiante en colaboración con colegas, escribieron el navegador Mosaic, el cual fue distribuido ampliamente y popularizó el acceso a Internet en todo el mundo.
Estos logros de pioneros de la ingeniería revolucionaron la manera de comunicarse, de hacer comercio, gobierno, cultura, educación,…, de los seres humanos. Permitió la creación de nuevas especies de industrias que pronto desplazarían a las clásicas librerías, mensajería, telefonía, cine, entre muchas otras empresas. Hoy, más de un tercio de la población mundial utiliza Internet y la Web se convirtió en esencial para una sociedad democrática. Al mismo tiempo, surgen como nuevos viejos problemas morales sobre el espionaje, la privacidad, la propiedad intelectual, el libre acceso a la información, la educación, entre muchos otros.
Tales preocupaciones son una característica común de la presencia de la innovación, como ritmo evolutivo de la sociedad. Este ritmo fue evidente desde el milagro creativo griego, toda manera de cambio en los modos de ser del hombre atrajo enemigos casi de automático. A pesar de que las controversias de los avances tecnológicos comparte muchas características en diferentes épocas, en ella además, dentro de un mismo tiempo generacional, se vive un ritmo de innovación tecnológica discerniblemente acelerado. Esto crea la necesidad intensa que conduce a los esfuerzos pero frena la adopción de estos cambios, y esas personas o simplemente enemigos de la innovación, justifican detenerlas porque esta tendencia tecnológica produce disparidad de visibilidad social y perdida de empoderamiento entre los individuos o grupos sociales marginados de este ámbito de desarrollo. Los robots industriales, la automatización de procesos mecánicos de todo tipo, son solo algunos de los modelos de negocios que están siendo implicados en el aumento de tensión social. Para agravar esto, las controversias modernas se están produciendo en una época de creciente desconfianza pública en instituciones públicas y privadas para preservar los empleos. Estos factores se añaden a la penumbra general de un registro de factores que añaden grandes retos para satisfacer las necesidades humanas frente al cambio climático, la incertidumbre económica y una educación que no se adapta al ritmo de este cambio.
Discutir las controversias que derivan de las tensiones de los modos nuevos de cambio entre innovación y presión para mantener la estabilidad social, continuidad de progreso y orden de justicia. Estas tensiones se agravan por el crecimiento exponencial en los avances científicos, tecnológicos y de ingeniería farmacéutica. Estamos hablando que la innovación de nuestro tiempo, es la novedad versus la estabilidad, derivadas de transformaciones profundas de los conceptos fundamentales de la sociedad. La sociedad no puede evolucionar y responder al cambio sin generar variedad en sus capacidades de adaptación, por ello, la innovación constituye la sostenibilidad de un cierto grado de continuidad institucional y estabilidad social[1]. Pero detrás de estas preocupaciones auténticas hay a menudo consideraciones socioeconómicas que intentan resistir con sus raíces echadas a lo largo del tiempo, sin advertir, que ponen en riesgo el futuro de su propia continuidad en el mercado cada día más competido y digital.
El enfrentamiento entre el orden tecnológico establecido y nuevas aspiraciones es conducido por las incertidumbres asociadas a los riesgos y beneficios expresados como percepciones de proyección. Las controversias tecnológicas ocurren en tiempo y espacio. En primer lugar, las percepciones sobre riesgos inmediatos y a largo plazo, influyen en la intensidad de las preocupaciones sobre las nuevas tecnologías que modifican los modos laborales y creativos de producción. En segundo lugar, la sociedad es más probable que se oponga a una nueva tecnología si percibe riesgos probables que le pudieran desplazar en su nicho de mercado. La cuestión pendiente de la innovación es demostrar que los beneficios que ahora muy pocos acumulan esos beneficios, se traduzcan al grueso de la sociedad. En tercer lugar, las innovaciones que amenazan con alterar la identidad cultural tienden a generar preocupación social intensa. Así, las sociedades que tienden a oponerse a la innovación, toman dos caminos. El primer camino, es hacer cambios profundos para elevar la capacidad creativa de su sociedad, aquí se hace de la educación un agente virtuoso de adaptación a los cambios. El segundo camino, por lo general es no hacer nada, esperar a que el propio cambio evolutivo del mercado cambie los modos laborales aunque cueste mucho dolor al tejido social. Este texto, responde a la primera hipótesis, formación de nuevas generaciones que gestionen los propios cambios con soberanía intelectual.
El proceso de innovación es un cambio socioeconómico que en gran parte es un compromiso de aprendizaje social dentro del sistema educativo y un debate público acerca de los riesgos de quedarse fuera de las nuevas ideas impulsadas como innovaciones. Dos aspectos son relevantes: Primero, el papel de los nuevos líderes que actúan audazmente en favor de mirar al futuro antes que solo apostar a regresar al pasado. En la naturaleza del liderazgo que promueve nuevas rutas de innovación, esta el catalizador de mantener estabilidad continuidad y orden social. La innovación determina el destino de la sociedad. En este sentido, los líderes tienen la obligación primaria de arreglárselas con la incertidumbre, aportando argumentos de objetividad sobre el espejismo de quedar fuera del camino. Segundo, el rol de la voz de los científicos y técnicos competentes para asesorar a la sociedad y gobiernos, para argumentar sobre la importancia de las innovaciones que emergen. En el sistema educativo, es un aspecto central que los docentes y estudiantes mantengan una alerta constante en sus estudios sobre las implicaciones de no seguir la evolución de ritmo de las innovaciones en el horizonte cotidiano. Esta comprensión disminuye los riesgos y tensiones sociales, canalizando el esfuerzo hacia nuevos aprendizajes, esos que den ventaja a la creatividad intelectual y técnica de los egresados. Esto es particularmente importante para ampliar el acceso al conocimiento del papel de las nuevas tecnologías y el cambio que provocan en la sociedad. Hemos identificado una fuerte tensión entre la necesidad de adoptar innovaciones y la estabilidad de la fuerza de trabajo, que juntas mueven las economías a nichos de mayor riqueza. En otras palabras, el miedo a la pérdida de confort, crear recelo a la novedad, y la subyacente tensión social sobre las nuevas prácticas laborales en respuesta directa al cambio provocado por las innovaciones.
Primera variable, la sustentabilidad abarca la necesidad de hacer compatible el desarrollo con el ambiente. Mejorar la salud, pasando por acceso a agua limpia, medicinas de nueva generación, esquemas para que nadie este fuera de un sistema de seguridad social, salud mental y atención temprana de enfermedades. En cuanto a la variable seguridad, se requiere recuperar los espacios públicos, garantizar los bienes y propiedades de casa habitación, prevenir la radicalización de ideas terroristas, atentados a la identidad, intimidad, y economía en el ciberespacio. La calidad de vida, promoviendo el aprendizaje personalizado que empodere al ciudadano, mediante sus capacidades creativas; en reducir la violencia en sus comunidades y reforzar la identidad cívica frente a todo acto de corrupción.
Estas cuatro variables, son identificadas como los nichos de entendimiento del papel más relevante de la innovación en la sociedad del presente siglo. Si bien la innovación fue un proceso lento para nuestros abuelos del siglo XX, en nuestra generación, su ritmo es claramente más rápido y requiere de formar mentes emprendedoras, que son las más capaces para adaptarse a estas nuevas condiciones de la vida moderna. ¿Cómo es la mente de un emprendedor? ¿Cómo formar la mente de un emprendedor?
La respuesta que los investigadores contemporáneos dan, es que la mente de un emprendedor es la de un individuo con soberanía intelectual para su mente; capaz de adaptarse al crecimiento exponencial del conocimiento y que ensaya con eficacia posibles soluciones con nuevas tecnologías a problemas persistentes. Las tecnologías están redefiniendo las prácticas de los panoramas laboral, político, medioambiental, de seguridad y de carácter económico[2].
[1] John Grin, Jan Rotmans, and Johan Schot, Transitions to Sustainable Development: New Directions in the Study of Long Term Transformative Change (New York: Routledge, 2010); and Pamela Matson, William C. Clark, and Krister Andersson, Pursuing Sustainability: A Guide to the Science and Practice (Princeton, NJ: Princeton University Press, 2016).
[2] “The overall collection of technologies bootstraps itself upward from the few to the many and from the simple to the complex. We can say that technology creates itself out of itself.” W. Brian Arthur, The Nature of Technology: What It Is and How It Evolves (New York: Free Press, 2009), 21.