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1. Gramática 


Cuando pensamos en la gramática, nos salta el sentido del uso de palabras, que, por supuesto, todas nos ayudan a hacer conciencia del mundo. El desprecio a la gramática, algunos argumentan para ello, que son reglas trilladas y aburridas. ¡Para la gramática (y sus ejecutores) necesitan relajarse y disfrutar más de la vida! La gramática nos devuelve a la creatividad como sustancia de lo humano.


A la lógica del sistema de reglas de combinación de las diferentes categorías de palabras de una lengua, se le conoce como gramática o sintaxis. Al inicio del estudio en cualquier campo, una buena manera de orientarse es averiguar en qué problemas descansa este y qué preguntas intenta responder. En el enfoque de la lingüística, las preguntas principales son muy fáciles de formular. En la conversación cotidiana hablamos con personas que saben español, con un cuerpo de conocimiento en torno a la forma en que se organiza el lenguaje. 


¿Qué sabe exactamente la gente cuando procesa un idioma?

¿Cómo se adquiere el conocimiento del lenguaje?

¿Cómo se usa el conocimiento del lenguaje?


Visto de esta manera, el cómo abordamos ciertos conocimientos que hemos interiorizado en el curso de nuestro crecimiento, la lingüística es básicamente una rama de la psicología, que tiene como objetivo central averiguar sobre la mente humana y cómo procesa el lenguaje. Es importante precisar que el concepto de mente en la psicología moderna es referido a lenguaje, es decir, la mente está hecha de lenguaje. Parece a primera vista que, hablamos de algo que está en todos nosotros y deberá ser fácil contestar: cómo tenemos acceso directo a él y cómo lo usamos para el acto de pensar. Lo sentimos mucho, pero las cosas nos son tan simples. 


La casa verde alberga libros.

La verde casa se distingue de las demás.


Estas sentencias son similares en forma, pero curiosamente diferentes en significado. Cualquier hablante competente en el español se da cuenta que la primera refiere al objeto “casa” y la segunda, refiere al énfasis de la propiedad distintiva del color de la ”casa”, en este caso el verde. Estos hechos son notablemente intrincados y sutiles, pero inmediatamente obvios para cualquiera que haya dominado el español. El conocimiento que tenemos de nuestro lenguaje es casi enteramente inconsciente o conocimiento tácito. En este sentido, el lenguaje parece ser similar a otras partes importantes de nuestra mente. Sigmund Freud es famoso por haber propuesto que gran parte del funcionamiento de la mente y su contenido está totalmente oculto para la conciencia. Cuando pensamos y conversamos no advertimos que las palabras están siendo procesadas enmascaradas en sus procesos sintácticos. 


En su mayor parte, los principios y las operaciones detrás del conocimiento del leguaje se encuentran fuera del rango de la conciencia y no se pueden recuperar simplemente sentándose a mirar el espacio de lo pensando. Escribir y pensar en la ciencia, lo referimos a hacer consciente las estructuras del lenguaje, para que lo podamos emplear a nuestro favor y este, no termine controlándonos a nosotros.


Si no podemos intuir lo que está en nuestras mentes, entonces nuestra única opción es abordar la investigación de las cosas internas, como el conocimiento y los estados mentales, a medida que nos acercamos a las cosas externas (los existenciales). Es decir, debemos formular teorías explícitas sobre lo que sabemos y encontrar maneras de probar, refinar y extender esas teorías con el fin de llegar a una explicación satisfactoria de los hechos lingüísticos. Puesto que no podemos mirar dentro de la mente directamente, nuestro trabajo será averiguar lo que hay dentro sobre la base de lo que podemos observar desde el lenguaje exteriorizado.


En el lenguaje humano las entradas observables a la mente son los datos del habla: palabras, signos de puntuado, sentencias, argumentos, discursos… el resultado de salida son datos procesados del mismo tipo, pero distintos en lo particular. Al examinar cuidadosamente este tipo de información el lingüista debe decir el mecanismo del lenguaje que se encuentra dentro de la mente humana, estos, en mucho son mecanismos gramaticales, modelados como sintaxis. Esta estrategia produce resultados sorprendentes, de hecho, algunos de los resultados más fascinantes en toda la ciencia cognitiva, son los que permiten producir un flujo rutinariamente de expresiones que nunca antes habían sido creadas.


Aprender gramática para los más jóvenes, es superar la característica de expresiones fragmentadas y francamente artesanales, tartamudas, con lapsos de atención y desconectada de una narrativa sólida. Los datos para aprender un lenguaje para un español con propósitos académicos, debe cuidar que los jóvenes tengan como entradas datos altamente estructurados y elegantes en su estilo de pensamiento, es decir, evitar lo notablemente desordenados y defectuosos. Para ello, lo más potente es que se acostumbre a aprender desde la lectura de la literatura y no sobre el discurso improvisado en la conversación cara a cara. La literatura es un lenguaje tácito, de estructura compleja, validado por una tradición intelectual y genuino en su creación artística. Chomsky sugiere desde su literatura, que los niños y los más jóvenes acudan a sus tareas de aprendizaje, a espacios ricos en sus estructuras de conceptos y lógica discursiva, que les permita sacar las mejores conclusiones y un lenguaje de gran alcance racional sobre los diferentes espacios de significado en el mundo. 


El discurso científico tiene una estructura hipotético-deductiva. En respuesta a alguna pregunta, problema o enigma, los científicos responden pensando en una idea o hipótesis; deducen las conclusiones a partir de la discusión de esa hipótesis, y revisan estas conclusiones contra los hechos. Las conclusiones incorrectas no están acompañadas de los hechos. La investigación sintáctica tiene este carácter general hipotético deductivo. ¿Qué saben los hablantes de un lenguaje cuando conocen la sintaxis de su lengua? Nuestra hipótesis específica viene en forma de reglas que generan las sentencias de ese lenguaje. Nosotros pensamos con un conjunto de reglas que derivan en sentencias de esas reglas, comprobamos esas sentencias contra nuestras intuiciones. Son sentencias fácticas de nuestra gramática.


Cuando el sentido que producen estas reglas gramaticales corrompe la semántica, simplemente las cambiamos por otras fórmulas gramaticales del conjunto disponible. Un conjunto de hipótesis sobre un determinado dominio constituye la teoría de ese dominio. Por lo tanto, nuestro conjunto de reglas constituyen una teoría de cómo los hablantes conocen sobre la sintaxis de su lenguaje. Y al conjunto de fórmulas o reglas para generar arquitecturas de sentencias las llamamos una gramática generativa. Desde esta perspectiva, una gramática se convierte en una teoría científica y la actividad de construcción gramatical se convierte en un ejercicio de nuestro estilo científico de producir teoría. Para mejorar nuestro desempeño intelectual, debemos elegir nuevas alternativas gramaticales reconocibles en la lectura de los textos más rigurosos y recientes. Leer es una forma de aprender nuevos estilos de sentencias y prepararnos para modificar nuestro repertorio haciéndolo más complejo. 


¿Qué se busca al enriquecer nuestro conjunto de arquitecturas de sentencias? Lograr una mayor cobertura para los hechos, cuanto más simple su estructura deductiva mejor para su rigor. Entre más ideas genera una teoría, más fértiles son sus resultados. Pero, de sobre manera deben lograr ganar profundidad en el entendimiento, explicando por qué las cosas son como son.


En la medida que hemos avanzado en aprender a leer, nos acercamos a las piezas unidad de información que permiten a la mente razonar. Un conjunto de reglas gramaticales para las sentencias que elaboramos, es una gramática, ella cubre el abordamiento lógico que damos a los hechos, el estilo simple de pensar y sugiere nuevas rutas para interpretar los conceptos y datos, innovando sentidos en la comprensión del conocimiento.


En la construcción de una teoría, casi siempre, habrá diferentes maneras de proceder en las formas de las sentencias de un punto a otro. En la contabilización de los hechos, a menudo tendremos que elegir entre reglas alternativas y a veces entre gramáticas alternativas enteras. Elegir no es meramente una necesidad de estilo práctico, también es una necesidad de innovación teórica. Cuando los escritores aprenden un lenguaje, es de suponer que aprenden algunas reglas definitivas que les dotan de una personalidad y erotismo para tratar las sentencias en su escritura.


Esto significa que el conjunto de arquitecturas de sentencias, cláusulas y frases realmente es por mucho el enfoque con que observamos a la realidad. En este aprendizaje implacablemente la perfección no la lograremos…, porque en el proceso lo que atraparemos solo es la excelencia. La gramática perfecta va a ser un objetivo en movimiento en el transcurso de nuestra vida como hablantes. Sin embargo, es necesario tener una base sólida de las partes del lenguaje fundamental para ajustarnos y perfeccionar nuestros estilos de pensamiento, y de vez en cuando radicalmente cambiarlos para experimentar lo extraordinario de lo desconocido.


Pero cuando la gramática se ignora o se confunde, las sentencias se derrumban, los párrafos colapsan y el significado se pierde o peor aún, se corrompe en su objetividad. Recuerde que nosotros controlamos al lenguaje, no el lenguaje a nosotros, como lectores estamos siempre de pie frente a un texto y como escritores exploramos lo desconocido. Utilizaremos a la gramática como herramienta para controlar el lenguaje y hacer que funcione exactamente como deseamos que exprese lo imaginado con la razón más rigurosa y elegante. Estos atributos los distinguiremos y los aprenderemos al leer los grandes gigantes de las letras y los números. 


Si usted tiene idea de que habla español solvente en sociedad, porque solo debe imitar esa habla y traducirla a texto escrito, entonces le tenemos la mala noticia de que la poesía, la ciencia, la ingeniería, las matemáticas y tantas otras disciplinas profesionales, emplean un juego de gramáticas muy especializadas que ayudan de mejor manera a pensar los procesos creativos.


Escribir con la gramática hasta el nivel de estudios de secundaria, es una forma artesanal de pensar. Una buena manera de mejorar su estilo de pensamiento, es trabajar desde la lectura y la escritura de textos formales, en las diferentes fórmulas o arquitecturas de sentencias. Desde esta experiencia formal podrá aspirar al arte y la elegancia del estilo de escritura de su disciplina.


Escribir en un proceso intelectual creativo, no solo es sentarse y escribir en libretas y teclados. La lluvias de ideas es el peor camino, puede que llueva tanto que se ahogue en frustración. Realizar mapas conceptuales gráficos, es otra manera de reunir información, pero está lejos de producir un discurso científico. 


La unidad de escritura la reconocemos en seleccionar las palabras adecuadas, las sentencias y lograr de entrada la composición de párrafos. Probablemente la estructura del metaargumento más sencilla sea la de Introducción-Cuerpo de discusión-Conclusión.


Las piezas gramaticales en acción que es indispensable dominar son las siguientes:


Verbos, indican una acción o estado de ser.

Sustantivos, expresan personas, lugares, cosas, ideas o conceptos.

Los determinativos, son artículos, demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos, distributivos, interrogativos y exclamativos; tienen la función de actualizador o presentador.

Los pronombres, son una clase de palabras que en la oración tienen la función del sustantivo sin volver a nombrarlo.

Los adjetivos, dotan de propiedad o atributos a los sustantivos.

Los adverbios, describen un verbo, respondiendo a dónde, cómo, por qué.

Las preposiciones, enlazan a los sustantivos con otra información en la sentencia. 

Las conjunciones, enlazan sentencias y realizan operaciones de lógica modal para producir cláusulas en un enunciado. 

Las interjecciones son estallidos que indican una fuerte emoción o interrogación.


Para empezar, cabría esperar que las características de las distintas categorías léxicas fueran uniformes. Sin embargo, algunas definiciones caracterizan a las partes de la voz, por lo que aparece en el habla en sus relaciones gramaticales y otros casos, dependen del tipo de cosas que se denotan y todavía otras más, necesitan a las dos situaciones específicas para lograr significados coherentes.


Volvamos primero a las relaciones características que dependen de las relaciones gramaticales. En primer lugar, los adverbios se caracterizan por modificar a los verbos y a los adjetivos, pero ¿cuál es la relación de modificación? Se dice que las preposiciones expresan una relación entre dos cosas, pero también los sustantivos como padre, amigo capital y jefe; adjetivos tales como contingente, dependiente, aficionados y titulares, y verbos como abandonar, atrapar, saludar, gustar y perseguir. De hecho, incluso subordinan las conjunciones como antes, después y porque, y expresan una relación entre lo expresado por las cláusulas que conectan. Se dice que un pronombre da pie a un sustantivo, pero esto es cierto solo en los pronombres personales en tercera persona como él, ella, ello y ellos, pero no para los pronombres personales de primera y segunda persona. Las conjunciones son conexiones entre sentencias, pero también son parte de las sentencias. Las preposiciones también conectan a las sentencias. De hecho ¿qué es lo diferente de conectar las sentencias con preposiciones o con conjunciones operadores? Los sustantivos, los adjetivos, los adverbios y los verbos pueden ser palabras individuales o grupos de palabras que se expresan en unidades de frase. Pero no todas las secuencias de palabras se agrupan para formar un sustantivo, un adjetivo o un verbo.