Texto universitario


 

_____________________________

 

LOS RECTORES 

LUIS PITA CORNEJO
1974-1976
José Napoleón Guzmán Ávila
Instituto de Investigaciones Históricas

DE PROFESOR RURAL 123 A RECTOR DE LA UNIVERSIDAD MICHOACANA

El 15 de abril de 1974, la Junta de Gobierno de la Universidad Michoacana designó al doctor Luis Pita Cornejo como rector de la máxima Casa de Estudios de Michoacán. El ingeniero David Hernández Huéramo y el licenciado Martín Tavira Urióstegui, presidente y secretario del órgano universitario, hicieron del conocimiento del profesionista el nombramiento en los siguientes términos: "Si tiene usted a bien aceptar el encargo que se le confiere, la Junta de Gobierno confía en que ha de desempeñarlo con la mayor dedicación y empeño".1


¿Quién era el nuevo rector? Médico de profesión, había nacido en Ario de Rosales en 1929. Su instrucción primaria la realizó en el mismo lugar, y la secundaria en Tacámbaro, en la Escuela Secundaria Federal Nicolás de Régules. Al concluirla, en 1946, se convirtió en Profesor Rural 123, comisionándosele al poblado de El Reparo de Luna, localizado en el municipio de La Huacana, perteneciente a la XII Zona Escolar de Michoacán. Después de cumplir dos años de labor docente (1947-1948), entró a trabajar como jefe de la oficina de Autotransportes El Jorullo, de Ario de Rosales.

A la edad de 22 años decidió trasladarse a la ciudad de Morelia e ingresó al Colegio de San Nicolás. Posteriormente, de 1953 a 1958, cursó la carrera de médico cirujano y partero en la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez. Poco después acreditó estudios de Pediatría y de Enfermedades Parasitarias por la Sociedad Mexicana en la materia.2

Antes de concluir sus estudios, en 1955, tuvo su primer contrato en la
Universidad Michoacana, como preparador de Química y profesor de
Física Médica y Bioquímica en el Colegio de San Nicolás.

En los siguientes cuatro años continuó alternando sus actividades en el mismo plantel hasta que en 1961 comenzó a impartir clases en la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez, de Parasitología y Prácticas.

En 1964 se convirtió en profesor de carrera B, luego en profesor de carrera A y en 1969 obtuvo el nombramiento de profesor de planta de la misma dependencia universitaria.3

Dedicado a la docencia y al ejercicio liberal de su profesión, el doctor Pita Cornejo experimentó un cambio importante, por lo que hace a su trayectoria universitaria, ello ocurrió en junio de 1966 al convertirse en miembro de la Junta de Gobierno. Su designación se dio cuando el entonces profesor Raúl Arreola Cortés dejó de pertenecer a ese órgano de gobierno. Como lo preveía la Ley Orgánica, se integró una terna para sustituirlo y la decisión recayó en el Consejo Universitario, que decidió que la vacante fuera ocupada por Pita Cornejo. El rector Alberto Bremauntz, quien por cierto había firmado los primeros contratos del doctor, fue el encargado de informar al licenciado Pablo G. Macías, presidente de la Junta de Gobierno, con residencia en la Ciudad de México, sobre la decisión del cuerpo colegiado.4


Hombre educado y de buen trato, Pita Cornejo supo establecer una buena relación con Vanguardia Nicolaita, un grupo de universitarios que se hallaba en la Ciudad de México y organizaba eventos culturales, impulsaba publicaciones y, desde luego, tenía una fuerte presencia política en la Universidad Michoacana. Uno de los principales integrantes de esta asociación era, precisamente, Pablo G. Macías, responsable de la Junta de Gobierno.
No había transcurrido un año cuando Luis Pita fue designado como secretario del Consejo de la Investigación Científica, en lugar de Ariosto Aguilar Mandujano, promovido como director de la Facultad de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Química. La designación fue posible gracias a que el licenciado Jesús Bravo Baquero, coordinador de la Investigación Científica, hizo la propuesta al rector Alberto Lozano Vázquez y éste aceptó. 5


La carrera universitaria del profesionista ariense iba en ascenso, prueba de ello fue su nombramiento como director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez, en 1969. Por ese motivo escribió al ingeniero Luis Silva Ruelas, quien recién acababa de hacerse cargo de la rectoría de la Universidad Michoacana: "En virtud de que la H. Junta de Gobierno de nuestra Universidad ha tenido a bien designarme como director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas, Institución que requiere mi presencia y atención durante varias horas del día, me permito solicitar de esa Rectoría se me releve del cargo de secretario del Consejo de Investigación Científica, por considerar que mi tiempo no alcanza para atender dicha comisión".6


Pita Cornejo había llegado a un sitio de privilegio, se encontraba en la antesala del máximo reconocimiento al que podía aspirar un universitario: dirigir los destinos de la Casa de Hidalgo. Esa distinción le fue conferida, como ya se dijo, en abril de 1974. Comenzaba una etapa distinta en su vida universitaria.

LOS INICIOS DE LA NUEVA ADMINISTRACION


El periodo de Pita Cornejo no fue fácil. Concluida la administración de Melchor Díaz Rubio, diversas organizaciones universitarias exigieron participar en el proceso de auscultación que estaba por venir. Sin embargo, la Junta de Gobierno decidió anticiparse y aprovechando que estaba próxima la Semana Santa y, por tanto, la población estudiantil era escasa, designó a Luis Pita Cornejo como rector. Esta medida fue cuestionada por las casas del estudiante y profesores que mantenían una postura política que reivindicaba la apertura democrática en la Universidad. Del mismo modo, se cuestionaba que el doctor había sido miembro de la Junta de Gobierno, era la primera ocasión que alguien se hacía cargo de la Universidad después de participar en ese órgano colegiado.


En el ambiente universitario se anticipaban futuras movilizaciones y presiones en contra de la Junta de Gobierno, tal como lo plantea Antonio García Ahumada, quien fuera hasta hace poco tiempo dirigente de los trabajadores universitarios. "Se intentó desarrollar sin éxito un movimiento contra la imposición del rector Pita Cornejo por las casas del estudiante y alumnos de las escuelas, pero la gente que hacía activismo en la Universidad Michoacana era ya muy poca, lo máximo que se juntaban eran de 200 a 300 personas.

Vista panorámica de la Ciudad Universitaria, 1976, (AF-IIH),


Se resentían todavía los golpes del 63 y 66, y muchos líderes estaban presos, o en el movimiento armado y la clandestinidad. Había en este periodo una especie de abandono y dispersión del movimiento estudiantil, aunque todavía llegaba mucha gente del pueblo a plantear sus problemas al Consejo Estudiantil Nicolaita (CEN) o a las casas del estudiante, sobre todo problemas agrarios. No había dirección ni capacidad de movilización hasta 1975-1976, en que regresa mucha gente de organizaciones políticas a la Universidad Michoacana, como de la Juventud Comunista, el Partido Socialista de los Trabajadores... en el movimiento contra Pita Cornejo se alza ya un fuerte cuestionamiento contra la Junta de Gobierno y su carácter antidemocrátíco".7

En ese contexto dio inicio la gestión de Pita Cornejo. Sin embargo, para entender de mejor manera este periodo, es importante señalar que la administración universitaria anterior, presidida por Melchor Díaz Rubio, había alcanzado logros en materia de infraestructura y apertura de programas académicos, y enfrentado diversos problemas derivados del crecimiento de la matrícula -la llamada masificación de la educación.

El Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), que cargaba con el lastre de la masacre de Tlatelolco, privilegió una política de acercamiento con las instituciones de educación superior (lES), que se tradujo en apoyos de distinta naturaleza. En aquel entonces era común que los universitarios fueran recibidos en Los Pinos y se diera una respuesta positiva a sus demandas. Lo que pretendía el Ejecutivo no era otra cosa que legitimarse, borrar la imagen represora y autoritaria que le perseguía.


La Universidad que recibió el nuevo rector tenía una población de 19 mil 253 alumnos, había crecido más del cien por ciento en los cuatro años anteriores. Por consecuencia, y no obstante el incremento presupuestal otorgado a la Universidad Michoacana, los reclamos en torno a la habilitación de mejores espacios, la exigencia de laboratorios equipados y bibliotecas, y la demanda de contratación de personal académico y administrativo, iban en aumento.


Un elemento más: "El gobierno federal incrementó los subsidios a las universidades por acuerdo del Presidente Echeverría... a partir de 1972; dar dinero con largueza, sin una correcta planificación, ocasionó en muchos casos -no forzosamente en nuestra Universidad- la corrupción en los órganos directivos".8 Si bien en esta cita se procura excluir a la Casa de Hidalgo de una práctica que después sería más que evidente, Pita Cornejo encontró algunas evidencias en ese sentido, sobre todo cuando se trataba de resolver los pliegos petitorios de variadas organizaciones estudiantiles.


Recién había entrado en funciones, cuando el responsable de la institución debió enfrentar su primer problema. A mediados de mayo de 1974, un grupo numeroso de familias -supuestamente vecinos de Uruapan- invadió los terrenos aledaños a la Escuela Preparatoria Lic. Eduardo Ruiz (EPLER). La acción emprendida por los paracaidistas, motivó la protesta y el rechazo de la comunidad universitaria. El ingeniero Jaime Llanderal, director del plantel educativo, dispuso que maestros y alumnos se trasladaran al centro histórico de la ciudad e instalaran los salones de clase en la Plaza José María Morelos, en los portales, en las escalinatas de los templos y en los jardines.


El conflicto no era propiamente universitario, por eso el rector demandó la intervención del gobierno del Estado, y éste conformó una Comisión que solicitó el retiro de los paracaidistas. El exhorto no tuvo efecto. Los universitarios, apoyados por la población y los principales medios de comunicación, demandaron una postura enérgica de parte de las autoridades gubernamentales. A medida que pasaron los meses, el movimiento fue contaminándose por la acción de personas y organizaciones que perseguían otros fines.
 
Seis meses aproximadamente tuvieron que pasar para que se resolviera la situación. Finalmente, el 12 de noviembre de 1974, el licenciado Efrén Contreras Vallejo, procurador de Justicia del Estado, hizo entrega a las autoridades universitarias de las 38 hectáreas recuperadas pacíficamente gracias a la intermediación del funcionario, de los diputados Raúl Pineda Pineda y de Rafael Genel Manzo, y del gobierno municipal.


Este suceso extrauniversitario tuvo sus consecuencias: debido a la invasión se canceló la construcción de un auditorio y de instalaciones deportivas, así como la creación de la Facultad de Medicina, compromisos ya pactados con el rector anterior, Me1chor Díaz Rubio, y que Pita Cornejo no pudo rehacer, no obstante los esfuerzos desplegados.9


En su primer informe de actividades, el rector dedicó unas líneas para explicar lo ocurrido en Uruapan. De manera mesurada se refirió al suceso y en ningún momento satanizó a los paracaidistas, más bien mostró preocupación por ellos. "El Gobierno Federal cedió 38 hectáreas de los terrenos del antiguo campo aéreo de la ciudad de Uruapan, mismos que en el mes de mayo del año pasado fueron invadidos; gracias a las gestiones de las autoridades y a las de la Rectoría el predio ha sido desalojado, ya la fecha se encuentra totalmente cerrado. Es muy conveniente señalar que a aquellos invasores de escasos recursos, de ninguna manera se les perjudicó, porque se les dotó en otro lugar de la ciudad de Uruapan, de un terreno adecuado para la construcción de su casa habitación, con los servicios más elementales como luz, agua y drenaje, de los cuales se carecía en los terrenos invadidos".10


Los acontecimientos de Uruapan demostraron, además delliderazgo del director de la Escuela Preparatoria, la fuerza adquirida por las casas del estudiante Nicolaita, Camilo Torres y Emiliano Zapata, esta última de Uruapan. La capacidad de movilización de académicos y estudiantes, fue manifiesta. En ese sentido, la demanda en torno a la desaparición de la Junta de Gobierno y la democratización de la Universidad se convirtió en una constante. Ante esta situación, el rector consintió en darle continuidad a la decisión adoptada por la administración de Me1chor Díaz Rubio de crear una comisión que diera forma a una Reforma Universitaria y, por ende, modificara la Ley Orgánica. En mayo de 1974, Pita Cornejo convocó a la conformación de la Asamblea Representativa para el Estudio del Anteproyecto de las Reformas y Adiciones a la Ley Orgánica.


Las reuniones para elegir a los representantes de las escuelas y facultades, se llevaron a cabo sin que se presentaran inconformidades. La convocatoria establecía que la Asamblea sería presidida por el rector y que todas las dependencias académicas debían nombrar representantes, maestro y alumno. Las casas del estudiante contarían con uno, cada una de ellas, al igual que el Comité Coordinador Estudiantil. En el caso de la autoridad universitaria, dispondría de tres, elegidos por el rector, en tanto que la Federación de Maestros y el Sindicato de Trabajadores tendrían uno. Por lo que hace a la Coordinación de la Investigación Científica y la Sociedad de Ex Alumnos, su participación sería limitada, pues sólo podrían intervenir, no votar.


Tal como estaba previsto, la Asamblea fue instalada de manera formal por el rector, el 16 de mayo de 1974, aunque hay que decir que en la sesión inaugural la autoridad universitaria hizo notar dos irregularidades: la primera, que dos representantes no habían acreditado su designación, por lo que se les conminó para que, a la brevedad, entregaran la documentación correspondiente.

La segunda, más delicada, tenía que ver con la falta de quórum, por eso Pita Cornejo quiso que quedara asentada en el acta la siguiente redacción: "que no se observó ni respetó el espíritu de la Convocatoria en su aspecto general, pues en el punto once, parte final, se establece claramente que debe ser requisito indispensable que existan, cuando menos, las dos terceras partes de los representantes; y hasta la fecha aún no han sido designados la totalidad de los representantes…".11

En un primer momento, las deliberaciones se centraron en el reglamento interno que normaría el desarrollo de las sesiones, además de otorgársele un papel preponderante al llamado Poder Constituyente Permanente, encargado de darle forma al anteproyecto de Ley Orgánica. Se formó una Comisión paritaria con ese propósito, integrada por Luis Salinas Iuárez, Faustino García Tinajero, Armando Chávez Chávez, Jesús García Herrera, Ángel Castañeda Ceja y Armando Luna Escalante. No sería la primera ni la única ocasión en que varios de ellos se verían involucrados en iniciativas de carácter reformista en la Universidad.


Los trabajos llegaron a su fin luego de aprobarse el anteproyecto, consistente en 21 artículos. Lo relevante fue que en éste ya no aparecía la Junta de Gobierno, siendo sustituida por el Consejo Universitario como máxima autoridad universitaria, "ya no se consideraba la Junta de Gobierno, y en cambio se establecía, como órgano máximo, al Consejo Universitario, mismo que se conformaría en forma paritaria por representantes de las escuelas; éstos serían electos en cada una de ellas, y en el caso de los trabajadores, en cada dependencia administrativa a través de asambleas generales y democráticas, las cuales podían revocarlos de sus cargos; el anteproyecto no especificaba cómo se elegiría o designaría al rector".12


Publicado en junio de 1974, el texto fue sujeto de análisis y discusión por parte de la comunidad universitaria. Asimismo, se envió a los licenciados Gregario Torres Fraga, Efrén Capiz, Alberto Bremauntz, Adolfo Mejía González y Humberto Aguilar Cortés; a los ingenieros Ariosto Aguilar Mandujano y Carlos Ávila Figueroa; a los reconocidos investigadores Arnaldo Córdoba, José Luis Ceceña, Elí de Gortari y Enrique Tenorio Cabrera, para que emitieran su opinión. Cumplida esta etapa, el anteproyecto no continuó la ruta que debía llevarlo a su aprobación por el Congreso de Michoacán.
 
GESTIÓN Y LOGROS DE LA CASA DE ESTUDIOS

Ese compás de espera, permitió que el rector pudiera llevar a buen término un conjunto de actividades académicas, administrativas y escolares propias de su encargo.

El desarrollo de la Universidad Michoacana fue concebido a partir de lo establecido en la reunión de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUlES) en Villahermosa, Tabasco, en 1971. La Declaración de Villahermosa, como se le denominó al documento fruto de ese encuentro, sentó las bases de lo que más tarde sería la reforma integral universitaria. Los planteamientos contenidos en el documento de la anuies estaban orientados a la realización de cambios en las estructuras académica, administrativa, económica y social.

Un punto importante es que sugería que cualquier cambio debía hacerse "con base en el diálogo continuo y racional de la comunidad universitaria"; establecía que la reforma educativa y, por consecuencia, la de la educación superior, estaba estrechamente ligada a un contexto nacional, por eso destacaba la necesidad de "lograr un desarrollo más justo que incorpore aceleradamente a los grupos marginados y dé más oportunidades a la juventud del país".13

En el caso de la Universidad Michoacana, Melchor Díaz Rubio, Luis Pita Cornejo y más adelante Genovevo Figueroa Zamudio, decdieron seguir estas directrices, lo mismo que la política de planeación universitaria impulsada por el gobierno federal. Una condición básica que las universidades públicas debían cumplir para ser apoyadas financieramente, fue identificar los problemas que aquejaban a la institución.

En el primer informe que dirigió Pita Cornejo a la Junta de Gobierno, que comprendía el periodo de abril de 1974 a julio de 1975, dejó en claro que el más importante consistía en "el crecimiento sin precedentes de esta Universidad en los últimos años". La autoridad universitaria consignaba que en el ciclo escolar 1973-1974 habían ingresado 19 mil 253 alumnos y un año después 21 mil 844, lo que se traducía en un incremento de 13,45%. La problemática más severa se observaba en el área de la salud – cualquier semejanza con los tiempos actuales es mera coincidencia-o "Algunas carreras en especial, acusan una tendencia alarmante de crecimiento, como la de médico cirujano y partero, cuya población se incrementó en 25,98% en el último año; cosa análoga ocurrió con la carrera de cirujano dentista, que tuvo un aumento de 24,83% en el último ciclo lectivo". Prácticamente en todas las áreas académicas había crecido la población estudiantil: en las escuelas preparatorias, 12,22%; en Ingenierías, 12,47%; y en Derecho y Ciencias Sociales y Administrativas, 5,46%.
 

Primeros edificios de la Ciudad Universitaria, 1976, (AF-IIH).


El bajo índice de titulación de los egresados, que hoy llamaríamos eficiencia terminal, era otro punto que generaba preocupación. El rector consideraba que esta situación se daba, primero, por desidia, y luego por frustraciones personales. Lo anterior traía consigo la explotación de quienes habían concluido sus estudios, pero sin obtener el grado correspondiente.14


Durante la rectoría del doctor Pita, la Comisión de Planeación Universitaria encabezó la reestructuración académica de la Casa de Estudios; las escuelas y facultades pasaron a convertirse en departamentos académicos -proceso que se denominó departamentalizacióri- y se estructuraron seis divisiones: Ingenierías, Ciencias de Salud, Ciencias y Humanidades, Ciencias Administrativas, Ciencias Agropecuarias y Enseñanza Preparatoria. De ahí surgió la idea de que tres de estas divisiones -Ingenierías, Ciencias y Humanidades, y Ciencias Administrativas- pudieran ubicarse físicamente en un mismo sitio, bajo la denominación de Unidad de Ciencias, Ingeniería y Humanidades (hoy Ciudad Universitaria).15


Reestructurar a la Universidad Michoacana y dotarla de infraestructura física y humana, requería de presupuesto. El rector realizó una serie de gestiones ante los gobiernos federal y estatal, que dieron lugar a una asignación presupuestal de 75 millones de pesos para el año 1974. De esa suma, 29 millones sesenta y nueve mil cincuenta pesos correspondieron al subsidio federal, en tanto que 19 millones novecientos setenta y dos mil pesos fueron de subsidio estatal y tres millones seiscientos treinta y cinco mil doscientos ochenta pesos, de recursos propios.


En el caso del presupuesto federal extraordinario, que se refleja en la suma total ya referida, hubo apoyos importantes para la Facultad de Agrobiología, la Escuela Preparatoria José María Morelos y Pavón, y la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Para solventar algunos gastos universitarios: pagos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), 22% de incremento a sueldos y gratificación anual (aguinaldo), tanto la federación como el gobierno del Estado de Michoacán destinaron recursos extraordinarios. Sobre este punto, la autoridad universitaria señalaba: "Considero importante destacar... el aumento que todo el personal de esta Institución, tanto docente como administrativo, obtuvo en sus sueldos a partir del 1 de septiembre de 1974 en 22%, lo que vino a aliviar en parte las consecuencias de la inflación que todos padecemos".16


La buena relación de Pita Cornejo con los gobernadores José Servando Chávez Hernández (1970-1974) y Carlos Torres Manzo (1974-1980), pero sobre todo el vínculo establecido con el gobierno federal encabezado por Luis Echeverría Álvarez, explican que la Universidad Michoacana haya tenido logros en materia de infraestructura, contratación de personal académico y administrativo, y obtención de predios y edificios que pasaron a formar parte del patrimonio universitario.


La respuesta positiva de ambos niveles de gobierno, a juicio del rector, obedecía a que la institución cumplía con sus obligaciones: autoridades, académicos, administrativos y estudiantes estaban concentrados en el trabajo. Sin embargo, aunque no lo decía de manera explícita ni mencionaba nombres, Pita Cornejo cuestionaba a aquellos que, amparándose en pronunciamientos revolucionarios, trastocaban el ambiente universitario. Al respecto, decía: "La anarquía sin rumbo y los gritos anónimos perjudican a la Universidad y no son actitudes de verdaderos revolucionarios. La entrega al trabajo y el cumplimiento constante del deber sí son actitudes revolucionarias. Apoyados en nuestras tradiciones históricas, debemos seguir siendo inconformes con las injusticias, pero esa inconformidad debe externarse de forma razonada y dentro de las normas bajo las cuales nos ha tocado vivir".17
 

Como consecuencia de una audiencia concedida por el presidente Luis Echeverría en junio de 1974, la Universidad Michoacana se vio favorecida ampliamente en una serie de peticiones formuladas por el rector. Así, la Secretaría de Obras Públicas autorizó la erogación de dos millones de pesos para construir el acceso vial a la Unidad de Ciencias, Ingeniería y Humanidades; unos meses después se otorgó una suma similar para dar continuidad a los trabajos. La Secretaría de Recursos Hidráulicos, por su parte, hizo un desembolso de un millón quinientos mil pesos en la perforación de un pozo profundo y en el acondicionamiento de un sistema de distribución hidráulica para dotar de agua a los espacios universitarios y a las colonias que rodean al campus universitario, y se comprometió a dotar del equipo e instrumental necesarios para el Laboratorio de Hidráulica. Respecto a la Comisión Federal de Electricidad, ésta asumió los costos de electrificación, mientras que la Secretaría de la Presidencia respaldó la adquisición de equipo especializado para Ingeniería Química por un monto de cinco millones quinientos mil pesos.


Mención especial merece el paquete de obras que fueron aprobadas o que
se encontraban en proceso de construcción: el edificio H, donde se ubicaba
el Laboratorio de Ingeniería Hidráulica; el F, destinado al Laboratorio de
Materiales; y el G, contemplado para los Laboratorios de Máquinas Eléctricas,
Dinámica de las Máquinas e Ingeniería Térmica.


Esta infraestructura, según datos oficiales, alcanzaba un monto superior a 14 millones. A esta inversión de carácter federal se agregaba la estatal, consistente en los edificios M, K Y J, donde se habían invertido 11 millones de pesos. En cuanto a la ciudad de Uruapan, se aprobó la segunda fase de la Escuela Preparatoria Lic. Eduardo Ruiz y la construcción de la Escuela Preparatoria de Ciencias Agropecuarias (bautizada más adelante como Lázaro Cárdenas del Río), a cargo del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE). De manera complementaria, la Comisión del Río Balsas dio inicio a un camino de acceso a la Facultad de Agrobiología Presidente Iuárez, a un sistema de riego y entregó una cantidad a los estudiantes de esa dependencia universitaria para viajes de prácticas.

Por otra parte, el patrimonio universitario se vio incrementado con la donación de las 38 hectáreas de Uruapan para la Escuela Preparatoria Lic. Eduardo Ruiz y 500 hectáreas en Guacamayas, municipio de Lázaro Cárdenas, que autorizó de manera directa la Presidencia de la República, "en donde se piensa establecer una huerta frutícola que produciría anualmente varios millones de pesos en beneficio de esta Casa de Estudios; la Rectoría se encuentra gestionando la requisitación de dicha propiedad",18El Gobierno del Estado hizo lo propio y entregó a la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia un terreno de 100 hectáreas "para labores agrícolas e instalaciones pecuarias ...", más cabezas de ganado de alto registro.

Solicitudes de equipos de investigación, microscopios y materiales de laboratorio, vehículos y libros fueron resueltas favorablemente, beneficiándose, entre otras, las Escuelas de Ingenieros en Tecnología de la Madera, Ingeniería Química, Contabilidad y Administración, Historia y Enfermería; las Facultades de Odontología y Derecho y Ciencias Sociales; el Colegio de San Nicolás de Hidalgo; el Instituto de Investigaciones Metalúrgicas y el Centro de Didáctica y Medios de Comunicación Educativa.19
 
Los excelentes resultados obtenidos en la primera entrevista, dieron lugar a una segunda reunión en Los Pinos, en febrero de 1975. Una vez más se presentó un extenso pliego petitorio, obteniéndose buenos resultados, pero no en la proporción anterior. No obstante, se logró el acuerdo de continuar con las obras de Ciudad Universitaria y de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez. Además, fueron satisfechas las solicitudes de las Escuelas Preparatoria José María Morelos y Pavón, Física y Matemáticas, Farmacobiología, Biología y Bellas Artes, a quienes se dotó de laboratorios, autobuses y libros.

En el renglón académico, las acciones emprendidas por la administración estuvieron encaminadas a la capacitación de los docentes de los 25 planteles existentes. El rector mostró especial interés en apoyar las actividades del Centro de Didáctica y Medios de Comunicación Educativa. Otro aspecto por el que mostró preocupación, fue la contratación de personal académico de carrera y de planta, pero no había suficientes recursos económicos, "a pesar de nuestro empeño -decía- y debido a lo limitado de nuestro presupuesto no fue posible implementar en la medida en que lo deseamos al profesorado de planta y de carrera".20

Aunque de manera incipiente, favoreció la investigación científica y tecnológica, incluso se apoyó a varios investigadores para asistir a congresos nacionales e internacionales. En el rubro de posgrado, el Consejo Universitario aprobó la maestría en Tecnología de la Educación Superior, y la maestría y el doctorado en Metalurgia. En relación con estos dos últimos programas, fueron impulsados por el Instituto de Investigaciones Metalúrgicas, dirigido por el doctor Santiago Cendejas Huerta, quien en una entrevista concedida a un medio de comunicación local explicó que de esa forma lograba concretarse un proyecto acariciado por espacio de tres años por tres instituciones: la Universidad Michoacana, el Centro de Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. 21


Importante fue el respaldo otorgado a las tareas de difusión cultural e intercambio universitario, bajo la conducción del licenciado Humberto Urquiza Marín. Durante esa etapa se organizó un buen número de conferencias, mesas redondas, recitales, obras de teatro y homenajes. De las muchas charlas ofrecidas en distintos recintos universitarios, destacó la de Elena Poniatowska en el Colegio de San Nicolás, en la que expuso ante una nutrida concurrencia la temática: Movimiento Estudiantil de 1968. En la exposición, la escritora recomendó a los estudiantes: "tienen la obligación de normar su conducta y su criterio a partir del movimiento estudiantil y sus consecuencias, elaborar conclusiones y estudiar con más dedicación para evitar ser echados de menos del contexto político social y económico en que nos desarrollamos. Los buenos estudiantes, los buenos profesionistas, pueden aportar una nueva forma de conciencia que evite acontecimientos como los del 68".22

 

Del mismo modo, grupos como el Cuarteto de Cuerdas, el Quinteto de Alientos, el Ballet Folklórico y la Estudiantina Nicolaita, desplegaron una intensa actividad dentro y fuera de la Universidad, por ejemplo, visitaron las Universidades de Nayarit, Colima, Sinaloa, Guanajuato y Querétaro. También se desarrollaron actividades con otros países: la Exposición de Libros con la República Federal de Alemania o la presencia del diplomático cubano José Antonio Portuondo, quien ofreció una charla sobre José Martí.


Pero la nota más relevante en cuanto a difusión cultural, fue la instalación de Radio Nicolaita.
La radiodifusora se había convertido en uno de los mayores anhelos de la comunidad universitaria, por ello causó gran expectación que en los antiguos terrenos del aeropuerto de Morelia se hicieran las adecuaciones necesarias para convertir la torre de control en cabina de transmisión, gracias al trabajo cuidadoso de personal especializado. El complemento fue la colocación de la antena de 50 metros de altura. Resueltos los aspectos técnicos, XESV Radio Cultural Nicolaita entró en un periodo de pruebas, "en un horario comprendido de 7 am a las 19 horas... Radio Cultural Nicolaita estará en posibilidades de iniciar de firme su programación normal, pasado el período de pruebas requerido".23


Este suceso es recordado por los trabajadores de este medio de comunicación universitario: "los trámites llegarían a su fin, siendo ya rector el Dr. Luis Pita Cornejo... en 1975... se realizan los primeros proyectos de instalación bajo la supervisión del Ing. Manuel Espinosa Toledo... después... se plantearon inmuebles como el de la Preparatoria Ing. Pascual Ortiz Rubio y el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, sin embargo la construcción de Ciudad Universitaria y la… infraestructura de la torre de control del antiguo aeropuerto de Morelia, sería fundamental para optar por este sitio para albergar a la Radio Nicolaita, una vez realizadas ciertas remodelaciones.

Edificio de la Radio Nicolaita, (AF-IIH).

A principios de 1975 iniciaron los trabajos de instalación de la torre, transmisor y equipo accesorio... la tarde del 27 de marzo (se hicieron) las primeras pruebas al aire... los controles técnicos serían manejados por Enrique Ceras Campos, y como locutor, Humberto Méndez. El 8 de mayo (de 1975) iniciaría formalmente su transmisión".24

Por otra parte, el espíritu latinoamericano que caracterizaba a los nicolaitas en aquel entonces, se reflejó en la propuesta de otorgar el doctorado honoris causa post mortem a Salvador Allende. Los acontecimientos acaecidos en Santiago de Chile, en el Palacio de La Moneda en septiembre de 1973, habían causado gran impacto entre la comunidad universitaria, generándose protestas contra el imperialismo norteamericano y la junta militar encabezada por Augusto Pinochet.


La iniciativa fue aceptada de manera unánime por el Consejo Universitario, tomándose el acuerdo de que el reconocimiento sería entregado a la señora Hortensia Bussi, viuda de Allende, en sesión solemne a celebrarse en el Teatro José Rubén Romero, el 5 de julio de 1974.


Pita Cornejo resolvió invitar al escritor, periodista y universitario Alejandro Gómez Arias como orador, por lo que solicitó a Luis Mora Serrato, director de la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez, le hiciera llegar de su parte una carta donde le expresaba ese deseo. Sin embargo, éste declinó la invitación por razones de salud. En una misiva dirigida al rector le hizo saber su "afecto" por la Universidad Michoacana, lo mismo que su admiración por Allende y el pueblo chileno.


El acto se verificó con gran solemnidad, fue presidido por Pita Cornejo en su calidad de presidente del Consejo Universitario y contó con la presencia de José Servando Chávez Hernández, gobernador del Estado de Michoacán, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el doctor Santiago Barajas, presidente de la Junta de Gobierno. En el acta del órgano colegiado se asienta que, después de una breve intervención musical a cargo del Quinteto de Alientos de la Escuela Popular de Bellas Artes, el rector dio inicio a la sesión para honrar al "ilustre estadista chileno Salvador Allende", dándose lectura a los telegramas de Gonzalo Martínez Corbalá -embajador plenipotenciario de México y testigo de tan infaustos acontecimientos- e Ignacio Chávez Sánchez, en que pedían disculpas por no poder asistir al evento. Enseguida, José Francisco Aquiles Gaytán Aguilar, en ese momento representante de la Escuela de Contabilidad y Administración, y quien años después ocuparía cargos de importancia en la administración universitaria, habló con elocuencia -como siempre lo ha hecho- del presidente chileno y entrelazó su pensamiento con el de Pablo Neruda, fallecido también por esas fechas. Concluyó su participación con un fragmento del poema Canto a Stalingrado. La interpretación de canciones de ese país por parte del Comité de Solidaridad con la Resistencia Chilena y la presencia del Coro Polifónico Miguel Bernal Jiménez, dieron realce a la jornada.


La intervención de Luis Mora Serrato, quien reseñó diversos pasajes del homenajeado, despertó el interés de los asistentes. El médico dio lectura a textos del compañero presidente, como aquél referido a los profesionales, que a la letra decía: "se requiere un Profesional comprometido con el cambio social; se requiere un Profesional que no se sienta un ser superior porque sus padres tuvieron el dinero suficiente para que él pudiera ingresar a una Universidad, se necesita un Profesional con conciencia social que entienda que su lucha, si es arquitecto, es para que se construyan las casas necesarias que el pueblo necesita. Se necesita un Profesional que, si es médico, levante su voz para reclamar que la Medicina llegue a las barriadas populares y, fundamentalmente, a los sectores campesinos". La reflexión de Allende encontró respuesta entre la comunidad universitaria, deseosa de escuchar manifestaciones de carácter social. Entusiasmado, Mora Serrato cerró su participación con el poema Allende compañero.


La entrega del reconocimiento a Salvador Allende, en la persona de Hortensia Bussi, correspondió al rector. En el teatro, la comunidad universitaria escuchó el sentir de la compañera, quien leyó el escrito intitulado Chile es la causa de todos. La causa chilena ahora también pertenecía a los nicolaitas.

Por otra parte, comprometidos con las mejores causas latinoamericanas, doscientos veintiséis alumnos de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales solicitaron al Consejo Universitario se le entregara el Doctorado Honoris Causa a Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana. La máxima autoridad de la Universidad Michoacana aprobó de manera unánime la petición, en diciembre de 1975. La iniciativa de los estudiantes había sido planteada previamente al presidente Luis Echeverría, en una reunión que éste concediera en Los Pinos a una delegación universitaria integrada por autoridades y estudiantes de la Casa de Estudios.

En aquella ocasión, según lo consignado por la prensa estatal, Mario Saavedra Ávalos "pidió (se) tomara en consideración a la provincia, particularmente a Morelia, con motivo de la visita del Primer Ministro Cubano (prevista para marzo de 1976), proposición que fue aceptada y comentada elogiosamente por el Primer Magistrado del País". No obstante la decisión favorable, el reconocimiento nunca se concretó.25

LA DIMISIÓN DEL DOCTOR LUIS PITA CORNEJO

Había transcurrido poco más de un año y Luis Pita Cornejo dio a conocer a la comunidad universitaria los logros y avances obtenidos. En un acto al que concurrieron representantes de los Poderes del Estado, así como los miembros de la Junta de Gobierno y el Consejo Universitario, el rector reseñó las principales obras de su administración, sin dejar de reconocer los problemas enfrentados y el auxilio prestado por los gobiernos federal y estatal. Aprovechó la ocasión para informar a los asistentes que por acuerdo del Consejo Universitario se creaba la Escuela de Economía, "que contribuirá a disminuir la saturación de alumnos en algunas facultades que se han seguido por tradición y por la falta de otros estudios profesionales... comenzará a funcionar una vez que se disponga del personal adecuado".

Aunque la sesión solemne se desarrolló sin mayores contratiempos, el doctor recordó, a quienes insistían en cuestionar su desempeño, que los verdaderos universitarios no debían perjudicar el desarrollo de la institución.26

No obstante los apoyos alcanzados, ciertos sectores insistían en desestabilizar a la Universidad utilizando el argumento de que se impedía el acceso a los hijos del pueblo trabajador y, sobre todo, se les restringía el ingreso a la División de Ciencias de la Salud. La visita de Echeverría Álvarez a Pátzcuaro, con motivo de la clausura del Primer Congreso Nacional de Pueblos Indígenas, fue aprovechada por el rector para hacerle entrega de un nuevo pliego petitorio donde se planteaba como prioridad darle continuidad a la construcción de varios edificios localizados en Ciudad Universitaria.27


Estudiantes en la Biblioteca Pública Universitaria, (AH-UM).


El presidente de la República se abstuvo de dar una respuesta ese día, propuso programar una reunión de trabajo en la Ciudad de México a la que asistirían 120 representantes de instituciones educativas y del magisterio de Michoacán, incluido el rector. Recomendó, asimismo, que la comitiva fuera encabezada por el gobernador. Así se hizo, el mandatario estatal se hizo acompañar por algunos de sus colaboradores más cercanos: Ausencio Chávez Hernández, secretario de gobierno, Juan Figueroa Torres, director de Productos Forestales de Michoacán (PROFORMICH), Germán Ireta Alas, tesorero general del Estado, Rafael Ruiz Béjar, oficial mayor de gobierno, Jorge García Álvarez, director de Obras Públicas y Jesús Reyna, secretario auxiliar de gobierno.


El 17 de octubre de 1975, la numerosa comitiva fue recibida en la residencia de Los Pinos por Ignacio Ovalle Fernández, secretario de la Presidencia, José A. Karam, director del CAPFCE y José Antonio Nieto, vocal ejecutivo de la Comisión del Balsas. El primero les pidió iniciar la reunión mientras que el titular del Ejecutivo concluía una gira por Oaxtepec.


Pita Cornejo pudo exponer ante el secretario, y más tarde frente a Luis Echeverría, "el exorbitante crecimiento estudiantil en la Universidad Michoacana", provocado por el arribo de jóvenes de 22 entidades federativas. Ante esta problemática, el rector planteó la necesidad de que "las autoridades de los 22 Estados que mantienen jóvenes en la máxima Casa de Estudios de Michoacán... procedan a la construcción de instalaciones y edificios de estudio para que se evite el éxodo desmedido de estudiantes a la capital michoacana".


En 36 puntos, el rector sintetizó la grave situación universitaria. El aumento desmesurado de la matrícula y la presión de estudiantes foráneos que deseaban ingresar a toda costa a la Facultad de Medicina, fue la temática central de su intervención. "Es imposible poder atender a los 25 mil alumnos que tiene la Universidad Michoacana de acuerdo con los planes que se han diseñado para ese efecto. El caso más grave se advierte en la Facultad de Medicina que, según las estimaciones profesionales, debería funcionar con 900 estudiantes; en cambio lleva ya inscritos a más de mil 500. Sufrimos presiones sumamente fuertes de dentro y fuera del Estado para poder dar cabida a tantos estudiantes que llegan de fuera de Michoacán. Nos resulta imposible solucionar sus demandas".28


Además de la problemática señalada, el doctor Pita Cornejo planteó las necesidades más apremiantes de la institución, que en conjunto alcanzaban una suma de 200 millones, aproximadamente. De ellos, 44 correspondían al rubro de infraestructura física, esto es, la conclusión de las obras emprendidas en Ciudad Universitaria, que mostraban "gran retraso"; 4,3 al pago de un mes de aguinaldo del personal académico y administrativo, y el compromiso de mejora salarial, todavía no cuantificado.


Respecto del terreno donado en Guacamayas, que se aclaraba no era de 500 hectáreas sino de 319, tanto el gobernador como el rector demandaron su regularización. La respuesta de Ovalle Fernández fue "que si el decreto presidencial está totalmente elaborado, esta misma noche estaría firmado por el Presidente y que, en caso de que tuviera pendientes, se le daría mayor celeridad".


La jornada de trabajo concluyó en la madrugada, como solía acontecer durante el periodo echeverrista. El boletín de prensa decía que al final se habían hecho 250 peticiones concretas relacionadas con la educación media superior y superior, "desde pequeños detalles hasta requerimientos que representarán inversiones por varios millones de pesos, en localidades de Morelia, Uruapan, Pátzcuaro, Apatzingán, Zamora, la Costa, Churumuco".29

 

El panorama sombrío descrito por el rector, en especial el que se refería al ingreso indiscriminado de estudiantes venidos de otras partes del país, no cambió después de la reunión. Por el contrario, las movilizaciones estudiantiles siguieron dándose y pronto subieron de tono, incluyéndose la demanda de que renunciara el rector. Otro hecho que enturbió la situación fue el conflicto suscitado entre algunos directores de la División de Ingenierías y la Junta de Gobierno, originado por la negativa de esta última a autorizar la contratación de personal de carrera. Lo anterior motivó que diversos sectores universitarios exigieran la desaparición de la Junta de Gobierno, por considerarla autoritaria y antídemocrática.30


La situación se volvió insostenible al grado de que Pita Cornejo presentó a la Junta de Gobierno su renuncia con carácter de irrevocable el 15 de enero de 1976, aduciendo "motivos estrictamente personales". De manera inmediata, este órgano de gobierno aceptó la decisión del doctor y designó a Genovevo Figueroa Zamudio, de la misma profesión, como rector interino de la Universidad Michoacana.31

Pita Cornejo quedó a merced de un movimiento estudiantil que reivindicaba una política de ingreso al margen de la legislación universitaria; que decía defender un derecho constitucional, pero escondía intereses inconfesables y buscaba para sí beneficios y espacios en el espectro político universitario. Detrás de aquellos que pretendían ingresar a la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez, había figuras que pretendían obtener y consolidar posiciones, espacios y un futuro político.


Raúl Arreola Cortés, en su calidad de investigador y ex rector, escribió, a propósito de la caída del doctor Pita Cornejo: "Además de la situación política interna, influyó en el cambio de rector la política estatal que siempre ha determinado el rumbo de la Universidad. La entrega del poder no ha sido violenta en más de cincuenta años; lo cual no evita que, al aproximarse la renovación del gobierno, surjan trastornos de índole administrativa. Al doctor Pita le tocó estar en el mando precisamente en los últimos meses del licenciado José Servando Chávez Hernández, y el momento del arribo al poder del licenciado Carlos Torres Manzo, quien tomó posesión el 16 de septiembre de 1974. Es ya tradición en nuestro medio que estos cambios en el gobierno repercutan en la Universidad, no porque los nuevos gobernantes se lo propongan, sino por el acomodo de fuerzas que dichos cambios provocan". 32


En cambio, Luis Sánchez Amaro, morador de un albergue estudiantil y ahora historiador, considera que influyeron varios factores: "por el momento de transición entre un sexenio y otro en que fue nombrado, tal vez por el ánimo de radicalismo entre el estudiantado de esa época, o tal vez por la falta de comunicación y sensibilidad del rector y su equipo para con los sectores estudiantiles organizados, su relación con ellos siempre fue tensa y no extrañaría después que tuviera que abandonar el cargo como resultado de un movimiento estudiantil generado en su contra en diciembre de 1975".33


SU REINCORPORACIÓN A LA VIDA UNIVERSITARIA


Luego de su renuncia, el doctor Pita Cornejo continuó colaborando en la administración universitaria.


El rector Genovevo Figueroa Zamudio propuso a la Junta de Gobierno su designación como coordinador de la Investigación Científica. La propuesta fue aceptada, convirtiéndose en el responsable de esa área a partir del 1 de diciembre de 1976; en ese cargo duró poco más de cuatro años, hasta marzo de 1981.
 

Su labor al frente de esa dependencia le fue reconocida por el licenciado Fernando Iuárez Aranda, "deseo expresarle sinceramente nuestro agradecimiento a nombre de la institución y en lo personal por su eficiente labor desarrollada durante el período que ocupó el cargo señalado, ya que, como es costumbre en usted, aplicó todo su esfuerzo y cooperación para que esta dependencia universitaria lograra buenos dividendos y la proyección que poco a poco y cada día es más evidentemente positiva dentro de las actividades académicas de nuestra Máxima Casa de Estudios".

Dedicado a sus labores profesionales y al pendiente de sus cuatro grupos de Parasitología en la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas Dr. Ignacio Chávez, una década después, durante la rectoría del licenciado Daniel Trujillo Mesina, se le invitó a hacerse cargo de la tesorería del Patronato del Museo Nicolaita, proyecto que desgraciadamente no pudo realizarse.34 También, en su calidad de ex rector, se integró a la Comisión de Rectoría, donde tuvo un desempeño digno y comprometido con su Universidad, en no pocas ocasiones mostró su molestia por la actitud asumida por funcionarios gubernamentales que atentaban contra la autonomía universitaria.

Sus últimos años los vivió de manera apacible en compañía de su esposa, la estimable doctora Victoria Ramírez Centeno, y de sus hijos. Solía caminar por los jardines del Planetario de Morelia, disfrutar de un buen café y conversar sobre temas educativos y culturales. Pocas veces abordaba aspectos universitarios, cuando lo hacía era para reprobar las continuas agresiones y actitudes que buscaban desestabilizar a su querida Casa de Estudios.

 

_____


1 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), oficio dirigido al Dr. Luis Pita Cornejo por parte del Ing. David Hernández Huéramo y el Lic. Martín Tavira U., Morelia, 15 de abril de 1974.
2 AHUM, Currículum Vitae de Luis Pita Cornejo.

3 Archivo General de la Universidad Michoacana (AGUM), Hoja de Servicio del C. Luis Pita Cornejo, Morelia, 29 de abril de 1997.
4 AHUM, Oficio dirigido por el Lic. Alberto Bremauntz, rector de la Universidad Michoacana, al Lic. Pablo G. Macías, presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Michoacana, Morelia, 22 de junio de 1966.
5 AHUM, Oficio dirigido por el Lic. Jesús Bravo Baquero, coordinador de la Investigación Científica, al Lic. Alberto Lozano Vázquez, rector de la Universidad Michoacana, Morelia, 8 de marzo de 1967.

6 AHUM, Oficio dirigido por el Dr. Luis Pita Cornejo, director, al Ing. Luis Silva Ruelas, rector de la Universidad Michoacana, Morelia, 24 de septiembre de 1969.

7 Luis Sánchez Amaro, Universidad y Cambio. Ensayo y testimonio sobre el movimiento estudiantil nicolaita en los 80, Morelia, Ediciones Rumbo Nuevo-Movimiento Patria Libre, 2002, p. 49.
8 Raúl Arreola Cortés, Historia de la Universidad Michoacana, Morelia, Universidad Michoacana, 1984, p. 214.
9 Gracia Margarita Mendoza Bolio et. al., La EPLER. Medio siglo de vida..., pp. 111-112.
10 Luis Pita Cornejo, 74 Abril-Julio 75.1 er. Informe, Morelia, Universidad Michoacana, p. 96.

11 AHUM, Fondo: Consejo universitario, Sección: Secretaría, Serie: Actas, Libros 155-158, año 1974.

12 Lucio Rangel Hernández, La Universidad Michoacana y el movimiento estudiantil 1966-1986, Morelia, Universidad Michoacana, 2009, p. 251.

13 Acuerdos y Declaraciones de las Universidades e Institutos de Educación Superior, Declaración de Villahermosa. Recuperado de http://publicaciones.anuies.mx/acervo/revsup/res077/txt10.htm Fecha de consulta 25 de mayo de 2017. Diez puntos reflejaban el sentir de los rectores del país, entre ellos pueden destacarse: crear un sistema nacional de enseñanza que permitiera una colaboración interinstitucional y "la movilidad de profesores y estudiantes"; desarrollar un servicio social vinculado con "centros de producción y de servicios"; conformar un sistema nacional de exámenes y apoyar la producción de material didáctico; hacer compatible la teoría con la práctica, y procurar que las universidades "enseñen tecnologías y en los institutos técnicos humanidades"; preservar y consolidar la autonomía universitaria, "que es también indeclinable"; trabajar en la reforma de la Ley Orgánica de la Educación y la Ley de Profesiones; reformular los estudios preparatorios y de licenciatura, por lo que hace a su duración y contenidos, y, por último, impulsar los estudios de posgrado.

14 Luis Pita Cornejo, 74 Abril-Julio 75. ler. Informe..., pp. 15-16.
15 Luis Pita Cornejo, 74 Abril-Julio 75. ler. Informe..., pp. 73-74.
16 Luis Pita Cornejo, 74 Ahril-lulio 75. ler. Informe…, p. 9l.
17 Luis Pita Cornejo, 74 Abril-Julio 75. ler. Informe…, p. 95.

18 Sobre esta huerta frutícola, la autoridad universitaria informaba que se tenía "un proyecto elaborado por la Comisión del Río Balsas para el establecimiento de la mencionada huerta, existiendo el ofrecimiento del Banco de México para hacer un préstamo de 20 millones de pesos para la plantación, mantenimiento y control de la citada huerta, con el aval del Gobierno del Estado". Véase La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de septiembre de 1975, p. 2.

19 Luis Pita Cornejo, 74 Abril-Julio 75. ler. Informe..., pp. 95-97 Y 145-146.

20 Luis Pita Cornejo, 74Abril-Julio 75. ler. Informe..., pp. 45-46.
21La Voz de Michoacán. Morelia, 5 de diciembre de 1975. pp. 1 Y 14.
22La Voz de Michoacán. Morelia, 14 de octubre de 1975. p. 14.

23 Luis Pita Cornejo, 64 abril-julio 75. 1er. informe ..., p.52
24 Esta información forma parte del cuaderno Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. XESV Radio Nicolaita. Órgano Oficial, Trigésimo Aniversario. Agradezco a Raymundo Sánchez Rodríguez, director de Radio Nicolaita, me haya facilitado este material, así como la valiosa información proporcionada.
25 La Voz de Michoacán, Morelia, 5 de diciembre de 1975, p. 1. La visita contemplada para 1976 no pudo llevarse a cabo, fue hasta mayo de 1979, durante la presidencia de José López Portillo, que Castro Ruz realizó una primera visita de Estado a México, pero sus actividades se efectuaron en Quintana Roo.

26 La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de septiembre de 1975, pp. 2 Y 14.
27 La Voz de Michoacán, Morelia, 10 de octubre de 1975, p. 1.


28 La Voz de Michoacán, Morelia, 18 de octubre de 1975, pp. 1-2.
29 La Voz de Michoacán, Morelia, 18 de octubre de 1975, p. 21.

30 Lucio Rangel Hernández, La Universidad Michoacana y el movimiento estudiantil…, p. 232.
31 La Voz de Michoacán, Morelia, 17 de enero de 1976, p. 1.
32 Raúl Arreola Cortés. Historia de la Universidad Michoacana..., p. 221.
33 Luis Sánchez Amaro. Universidad y Cambio..., p. 49.
34 AHUM, Oficio dirigido por el Lic. Fernando Juárez Aranda, rector de la Universidad Michoacana, al Dr. Luis Pita Cornejo, Morelia, 27 de marzo de 1981; Oficio dirigido por el Lic. Daniel Trujillo Mesina, rector de la Universidad Michoacana, al Sr, Dr. Luis Pita Cornejo, Morelia, 6 de mayo de 1991.