Texto universitario
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LOS RECTORES
SALVADOR GALVÁN INFANTE
1994-1998
José Napoleón Guzmán Ávila
Instituto de Investigaciones Históricas
El 28 de octubre de 1994, la comunidad universitaria amaneció con el rumor de que el rector Daniel Trujillo Mesina había presentado su renuncia al cargo. La especie se propaló de manera inmediata y los diferentes sectores universitarios expresaron su sentir. La agrupación Nueva Generación Michoacán, que decía representar a estudiantes de la mayoría de las escuelas y facultades de la Universidad Michoacana, se pronunció en favor de que el próximo rector fuera un académico que respondiera a los genuinos intereses de la institución.1
Un día después, en primera plana, se daba a conocer que la Comisión de Rectoría, después de un análisis cuidadoso, había designado al maestro Salvador Galván Infante como rector interino de la Casa de Estudios por un periodo de tres meses, con la posibilidad de convertirse en definitivo, si así lo estimaba conveniente la comunidad universitaria. Se sabía también que el órgano colegiado había tenido una sesión matutina el día anterior en casa de uno de los ex rectores, que luego, por la tarde, había proseguido los trabajos en un hotel céntrico, tomándose la decisión poco después de las ocho de la noche. Daba inicio una etapa más en la vida universitaria.
¿QUIÉN ES EL NUEVO RECTOR?
La pregunta anterior fue formulada por un buen número de universitarios cuando se difundió el boletín oficial. Poco afecto a los medios de comunicación, reservado, educado, el profesionista universitario contaba con 39 años cuando se hizo cargo de la rectoría.
Nacido en la Ciudad de México en marzo de 1955, había contraído matrimonio con Gabriela Villalobos y vivía en la colonia Chapultepec Norte, de Morelia. La educación básica la hizo en instituciones públicas: la primaria en la Escuela Federal "David G. Berlanga" y la secundaria en la Escuela Federal No. 1 "José María Morelos y Pavón". Entre 1971 y 1972 fue alumno del Colegio de San Nicolás de Hidalgo y más tarde ingresó a la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia, de donde egresó en 1978. El grado de licenciatura lo obtuvo con la tesis "Servicio Profesional en la Posta Zootécnica", en enero de 1979.
Pocos meses después cursó la Maestría en Ciencia Animal con Especialidad Animal en la Universidad Autónoma Agraria "Antonio Narro" de Saltillo, Coahuila. La Secretaría de Educación Pública (SEP) le otorgó una beca de 8 mil quinientos pesos mensuales por dos años, que le permitió realizar sus estudios en aquella ciudad del norte del país. Al concluirlos, se reintegró a sus actividades en la Universidad Michoacana y gracias a un permiso con goce de sueldo concedido por la rectoría, pudo concluir su tesis y presentar examen recepcional, en diciembre de 1984.
Los datos curriculares de Galván Infante muestran a un académico dedicado a las labores docentes y de investigación, que periódicamente asistía a cursos extraescolares, congresos y seminarios, y publicaba avances y resultados derivados de sus proyectos. A tono con la naturaleza de la carrera profesional que había cursado, mantenía vínculos con el sector productivo, un ejemplo de lo anterior fue la labor que realizó como director técnico en el Centro de Cría "La Carreta" del Fideicomiso Ganadero Ejidal, en Álvaro Obregón, Michoacán o la asistencia técnica que le brindó a los productores de esa región en 1979.
Su incorporación a la planta docente de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia sucedió en 1981. Como Profesor de Carrera "B" atendió dos módulos y cumplió otras tareas académicas contempladas en su contrato de trabajo.
Junto con Orlando Vallejo Figueroa -que había sido su compañero en Saltillo-, Rogelio Garcidueñas Piña y Raúl Ortega González, participó en la elaboración del documento "Diagnóstico de la relación: Investigación-Sectores Productivos". Luego presentó, para su análisis y discusión, el "Plan para la organización de la actividad científica de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia" (1982) y, de nueva cuenta con el grupo antes mencionado, dio forma al "Plan de investigación de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia" (1986). Es importante mencionar que Raúl Mejía Alfaro y Adolfo Navarro Reyes, directores de la dependencia universitaria en ese periodo, respaldaron estas iniciativas. Las actividades referidas fueron la base para la conformación de un cuerpo académico, que con el tiempo también incursionó en las tareas sindicales y políticas.
Entrega del nombramiento de Rector por parte
del Lic. Alberto Lozano Vázquez, miembro de la Comisión
de Rectoria, (FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO),
Salvador Galván coordinó los trabajos para el diseño de un modelo administrativo para la posta zootécnica y fue miembro de comisiones para la realización de eventos académicos varios. En la administración de Cuauhtémoc Olmedo Ortiz (1983-1985), ocupó la jefatura del Departamento de Ciencias Zootécnicas y durante la gestión de Leonel Muñoz Muñoz (1986-1990) se hizo cargo de la Dirección de Personal, en 1989. Como responsable de esa área conoció más de cerca el manejo administrativo de la Casa de Estudios, los problemas que en ese renglón se daban en escuelas, facultades e institutos y la postura asumida por las organizaciones sindicales. Acu- muló experiencia y relaciones, identificándose con el círculo cercano al rector, en especial con Enrique Villicaña Palomares y Javier del Toro Valencia, secretario administrativo y tesorero, respectivamente.
Posteriormente, en agosto de 1993, fue designado como encargado de la dirección de la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Logró, merced a sus buenas relaciones, darle visibilidad y presencia a esa dependencia universitaria, así como fortalecer la vinculación con el sector productivo. Su buen desempeño en las labores que le habían sido encomendadas, el espíritu conciliador y el tacto político que lo distinguen, más el respaldo brindado por actores políticos que tenían que ver con el proceso de elección del rector, fueron los factores que favorecieron su arribo a la rectoría de la Universidad Michoacana.2
LOS PRIMEROS MESES DE GESTION Y LA RECTORÍA DEFINITIVA
El primer llamado de Galván Infante fue en favor de la transformación de la institución. Al tomar posesión ante la comunidad universitaria, en el espacio reservado para el Consejo Universitario, expresó que la globalización anticipaba cambios importantes en el sector educativo, razón por la cual se hacía necesario evaluar el desempeño de las universidades. Creía indispensable la revisión y análisis de la estructura de la Casa de Estudios, incluidas las funciones sustantivas y adjetivas, "tomar decisiones y formular una estrategia de información entendida como el tipo de postura que la universidad adopta en la interacción con su medio ambiente para el logro de sus fines y propósitos, por lo que la evaluación debe ser un proceso continuo".3
Más allá de ese propósito, el rector supo desde el primer momento el significado de ser interino. La Comisión de Rectoría, al igual que un buen número de profesores, estudiantes y trabajadores, consideraba que era el mejor perfil. Además, era del conocimiento general que la nueva autoridad universitaria contaba con la anuencia y el respaldo de Ausencia Chávez Hernández, titular del Poder Ejecutivo de Michoacán.
Aun así, ciertas organizaciones condicionaron su carácter definitivo al cumplimiento de una serie de demandas, como sucedió con Nueva Generación y la Federación de Estudiantes de la Universidad Michoacana, que dijeron apoyar "a quien realmente trabaje y no a quien venga a buscar la rectoría como un trampolín político". Agregaron: "habrá mucha presión de parte de diferentes grupos, aunque los estudiantes no buscan una persona, sino un perfil y de acuerdo a ello, van a hacer que ese perfil se comprometa, primero con las organizaciones estudiantiles y después con las bases... Adelantaron que estarán de acuerdo con la designación en la medida que haya trabajo y si esto no es así y no hay apoyo para las organizaciones estudiantiles, ellas mismas serán las primeras en reclamar".
Por último, exigieron que la decisión final fuera asumida por el Consejo Universitario, no por la Comisión de Rectoría.4
La Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL) fijó su posición a través de un manifiesto aparecido en la prensa local, suscrito por la Casa del Estudiante "Ernesto Che Guevara". En el documento, la organización estudiantil rechazaba terminantemente las "apariciones, imposiciones y sobre todo dedazos para determinar quién es el sucesor del rector". Reclamaba un gobierno universitario emanado de un proceso democrático, libre y transparente y, una vez más, como había ocurrido en los años precedentes, se exigía la desaparición de la Comisión de Rectoría. Cinco fueron los planteamientos realizados por la CUL, en torno al proceso de designación de un rector definitivo. "Que nuestro próximo rector además de reunir los requisitos que establece el artículo 21 de la Ley Orgánica, debe: a).- Surgir verdaderamente de la voluntad de los profesores, trabajadores y estudiantes en elecciones reales y verdaderas. b).- Que tenga un amplio reconocimiento por trayectoria de trabajo dentro de la universidad con responsabilidad académica e investigación en beneficio de la comunidad universitaria. c).- Que respete la legislación administrativa, comprometiéndose a entregar los informes de ingresos, egresos y dar cuenta de los criterios de distribución, todo encuadrado dentro del manejo nítido de los recursos. d).- Descentralización en la toma de decisiones, dando utilidad al consejo universitario, crear los mecanismos adecuados para la actualización de los diferentes planes de estudio. e).- No se nos debe seguir tratando como personas ignorantes, tenemos la suficiente madurez para elegir a quien nos represente, y dirigir el rumbo de nuestra universidad". 5
Discurso del Mtro. en C. Salvador Galván Infante ante el Consejo Universitario en el acto en que se nombró Rector, (FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO).
Unos días después, la CUL tomó la rectoría y difundió los puntos expresados en el manifiesto. Reiteró su rechazo a la Comisión de Rectoría y pidió la democratización de la vida universitaria: que "el próximo rector sea electo por voto directo de los universitarios. En rueda de prensa, los estudiantes externa ron su desacuerdo por la forma intempestiva en que fue electo el rector interino...".6
Un elemento adicional fue el emplazamiento a huelga por parte de los dos sindicatos existentes, para enero de 1995. En el caso del Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM), Rafael Alanís Madrigal hizo saber al rector recién designado que, debido a los "salarios indignos" que percibían los trabajadores, éstos habían solicitado el 50% de incremento salarial, además de una buena revisión contractual. En tanto que los académicos, representados por Salvador Pérez Díaz, su secretario general, manifestaron que pretendían obtener un incremento del 25% y la modificación del Contrato Colectivo de Trabajo. Para ambas organizaciones, el rector tenía ante sí un reto importante. En palabras del líder de los trabajadores administrativos y manuales, "En tres meses de interinato, Galván Infante demostrará si es o no la persona idónea para dirigir los destinos de la máxima casa de estudios... si el interino supera satisfactoriamente los emplazamientos huelguísticos, 'él será el definitivo".7
En esas condiciones, Galván Infante se dio a la tarea de integrar su cuerpo de colaboradores, del que formaron parte, entre otros: Manuel Álvarez Barrientos,secretario general; Carlos Luis Gómez Calderón, secretario particular; Raymundo Sánchez Rodríguez, secretario privado del rector; Vicente TrujiLLo Méndez, secretario administrativo; Orlando Vallejo Figueroa, secretario académico; Javier Arroyo Núñez, tesorero; Jorge Orozco Flores, abogado general y Manuel Ángel Cortés, secretario de Difusión Cultural y Extensión Universitaria.
De los funcionarios de la anterior administración, fueron ratificados José Napoleón Guzmán Ávila, secretario auxiliar de la rectoría, Egberto Bedolla Becerril, coordinador de la Investigación Científica y Jorge Octavio Ávila Ramírez, responsable de Asuntos Estudiantiles. Cumplida la etapa de interino, se hicieron algunos relevos institucionales y enroques, sumándose Enrique Villicaña Palomares, Rogelio Díaz Ortiz y Esther García Garibay, que fue la primera y única mujer hasta el momento que ha ocupado la secretaría general de la Universidad Michoacana.
Conformado su grupo de trabajo, Galván Infante dio prioridad a las conversaciones con los sindicatos, aunque no dejaron de atenderse temas de orden académico, administrativo y escolar. Impedido de hacer un ofrecimiento formal a los sindicatos, toda vez que la Federación no definía el porcentaje que podía ofrecerse a las universidades públicas, el rector tuvo que enfrentar las presiones del SUEUM, principalmente. Molestos porque suponían que todo se trataba de un ardid de la autoridad universitaria, los trabajadores tomaron las instalaciones universitarias, aunque adujeron que el motivo era porque no se habían reparado las cláusulas violentadas del Contrato Colectivo de Trabajo.8
Paralizadas las actividades en Ciudad Universitaria por el SUEUM y tomada rectoría por un grupo de alumnos irregulares de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales que demandaban un examen especial, el rector privilegió el diálogo con los inconformes.9
Las negociaciones dieron resultado, en el caso de los estudiantes de Derecho y Ciencias Sociales. En los primeros días de diciembre de 1994, desistieron de la toma de rectoría e hicieron entrega de las instalaciones a las autoridades.10
Por lo que hace a las revisiones contractuales, éstas tropezaron con un escollo que estaba más allá de la voluntad del rector: el Gobierno Federal, encabezado por Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), vivía momentos difíciles desde el punto de vista económico, que se reflejaban en una escalada inflacionaria y en la imposibilidad de otorgar apoyos adicionales a los pactados con las Instituciones de Educación Superior. En el ámbito político, los enfrentamientos y declaraciones de prensa entre los gobiernos entrante y saliente, dejaban ver las contradicciones propias del sistema y de la transición sexenal. Ante tales circunstancias, Galván Infante hizo saber a los sindicatos que el tope salarial establecido en la Ciudad de México regiría las negociaciones con ambos sindicatos, al mismo tiempo que solicitaba comprensión ante la situación. "La devaluación del peso frente al dólar ha venido a cambiar las condiciones económicas... por lo que el esfuerzo adicional que ahora se nos pide por parte del Gobierno Federal... (es) reconsiderar de manera importante las condiciones por las que atraviesa...".11
La petición de la rectoría fue atendida por el SPUM, decidiéndose prorrogar el estallamiento de la huelga, para dar un "compás de espera", en palabras del secretario general Salvador Pérez Díaz. Esta decisión fue secundada por el SUEUM, aunque con ciertas reservas y con paros escalonados, pues a juicio de los trabajadores administrativos y manuales, la crisis económica les afectaba más a ellos.12
Finalmente, el 14 de enero de 1995, los medios de comunicación locales reproducían las declaraciones de los ex rectores Alberto Lozano Vázquez y Raúl Arreola Cortés, presidente y secretario de la Comisión de Rectoría, respectivamente, en el sentido de que el referido órgano colegiado había designado a Salvador Galván Infante como rector definitivo.
Firma de revisión contractual con Ignacio Ojeda dirigente del SUEUM.
(FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO).
La decisión, "dijeron, es la respuesta de la comunidad universitaria al trabajo, dedicación y entrega mostrados por el Rector, que fortalecido con este apoyo, estará en óptimas condiciones para enfrentar los problemas de toda índole que se ciernen sobre la institución".13
LA UNIVERSIDAD MICHOACANA DE CARA AL SIGLO XXI
Galván Infante fue consciente de lo que representaba conducir los destinos de la máxima Casa de Estudios de Michoacán. Estaba convencido de que ésta había logrado avances importantes por lo que hace a la academia, la investigación y el posgrado; reconocía los logros en materia de infraestructura, pero sabía que existían rezagas, carencias y necesidades de todo tipo.
Ante este panorama, el rector consideró necesaria la "reflexión, discusión y análisis sobre la situación que guarda la universidad referente a sus funciones sustantivas y adjetivas", que cobró forma en un foro al que se denominó "La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de cara al siglo XXI", coordinado por Mariano Ortega González, doctor en Filosofía, consultor en Administración Educativa e integrante del Centro de Desarrollo y Estudios Sociales y Administrativos de Querétaro, Qro. La responsabilidad del evento recayó en Orlando Vallejo Figueroa, quien hacía las veces de secretario académico, y se llevó a cabo en septiembre de 1995.
La globalización, como lo reconocía Salvador Galván, estaba presente en cualquier
punto del planeta y afectaba por igual a México y Michoacán. En el sector educativo,
el nuevo modelo había traído cambios significativos, ello podía constatarse también
en el caso de la Universidad Michoacana.
"Formamos o contribuimos a la formación de seres humanos -decía la autoridad universitaria-o Buscamos ofrecerle una educación integral, una educación para la vida. Pero la vida como las profesiones y el trabajo mismo están cambiando y están cambiando radicalmente. Realizamos investigación. Buscamos contribuir al conocimiento de la ciencia y la sociedad. Pero para que nuestra investigación se mantenga como una verdadera contribución debemos de incrementarla, fortalecerla o precisarla. Y, sin embargo, las exigencias se multiplican y los recursos se vuelven cada vez más escasos y más competidos. Creamos, rescatamos, conservamos, incrementamos y difundimos la cultura... Pero nuestra cultura sufre los embates abiertos y encubiertos de otras culturas cuyos valores difieren fundamentalmente de los nuestros... Nos vinculamos con nuestro pueblo para poder servirlo mejor. Procuramos contribuir a la satisfacción de sus necesidades. Pero sus requerimientos y demandas se transforman y agudizan a un ritmo y una profundidad que muchas veces nos rebasan".14
Los conceptos vertidos por el rector, reflejaban de manera clara la preocupación de diversos sectores universitarios en torno al papel que le tocaba desempeñar a la Casa de Hidalgo en un contexto cambiante y en constante transformación. ¿Cómo interpretar el compromiso que establecía la Ley Orgánica de servir a la sociedad y contribuir a la solución de sus problemas más apremiantes? Mariano Ortega González propuso que el punto de partida debía ser apoyarse en un "pasado valioso", para actuar en el presente y anticipar los retos del futuro. Sugirió trabajar en el diseño de un esquema educativo distinto y emprender acciones estratégicas viables.
Dos décadas han transcurrido desde que se realizó aquel ejercicio. A pesar de la distancia, hoy puede afirmarse que fue un gran esfuerzo desplegado por la comunidad universitaria, en ese momento inédito, en el que intervinieron directores, profesores y estudiantes que formaban parte del Consejo Universitario, secretarios de escuelas y facultades, responsables de los diferentes programas de posgrado, los Sindicatos de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) y Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM), la Sociedad de Ex Alumnos Nicolaitas y trabajadores de la administración central. Según estimaciones del comité organizador, asistieron 237 representantes universitarios que se distribuyeron en ocho secciones de trabajo coordinadas por José Napoleón Guzmán Ávila, Martín Saavedra Magaña, Edmundo Barrera Cardiel, Ángel Bravo Cisneros, Alfonso Castañeda Cervantes, Daniel Durand Flores, Emmanuel Roa Ortiz y Rogelio Garcidueñas Piña. Es importante destacar la pluralidad de los participantes: no obstante que algunos de ellos no compartían ciertas decisiones de la administración o tenían diferencias con las autoridades, hubo apertura y diálogo entre las partes.
El formato que se siguió en las sesiones de trabajo re tomó elementos previamente ensayados por el rector Jorge Carpizo McGregor (1985- 1989) en la Universidad Nacional Autónoma de México, después contenidos en el documento Fortaleza y debilidad de la UNAM, publicado en 1986. Así, en las secciones (Salud, Ciencias Agropecuarias, Ciencias y Humanidades, Bachi- llerato y Ciencias Especiales, Posgrado e Institutos, Ingenierías, Ciencias Administrativas y Sociales y Administración Central), se identificaron fortalezas y debilidades, planteándose además una serie de propuestas concretas que pudieran convertirse en acciones estratégicas.
La Memoria recogió las fortalezas y debilidades identificadas en cada una de las secciones, no es este el espacio para darlas a conocer. Sin embargo, vale la pena citar algunas de las demandas planteadas por los asistentes: revisar y en su caso reformar la normatividad universitaria; actualizar el bachillerato, las licenciaturas y los programas de enseñanza especial; estimular la investigación, los congresos nacionales e internacionales y las publicaciones científicas con reconocimiento; consolidar el posgrado; acreditar los programas de licenciatura; apoyar las diversas manifestaciones encaminadas a la formación pedagógica; impulsar el seguimiento de egresados; capacitar a los universitarios en el uso de computadora s personales y ampliar los días y horarios de consulta de las bibliotecas.
A manera de conclusión, el documento llamaba la atención sobre la necesidad de interpretar esas fortalezas y debilidades como "retos y oportunidades".
Ofrenda de honor a Melchor Ocampo, lo acompañan el Dr. Jaime Hernández Diaz
y autoridades universitarias, (FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO).
Del mismo modo, recomendaba a los universitarios una transformación, pero siempre y cuando ésta respondiera a la naturaleza del entorno social y sus exigencias. "Al parecer los universitarios consideran que para que la Universidad Michoacana... asuma el papel que le corresponde en el mundo de hoy como institución de investigación, docencia y servicio, será necesario dar un paso más hacia su inserción creativa en el futuro del país, de la sociedad y de la ciencia para mantener su vigencia en el tiempo... Con estos elementos aportados... seguramente... (podrá) iniciar la construcción del instrumento rector de las acciones institucionales y arribar al siglo XXI como una universidad moderna y propositiva".15
La actividad desplegada por los universitarios no concluyó con la elaboración de un escrito, fue la base para darle forma al Plan Institucional de Desarrollo (PIDE), requisito básico para que la Universidad Michoacana pudiera acceder a recursos federales. En principio, se preparó un texto preliminar que comprendió el periodo 1995-2000, cuyo contenido hacía referencia al contexto nacional y estatal, las directrices nacionales en materia de educación superior y la situación actual de la Casa de Estudios. Por lo que hace a la problemática detectada, se reprodujeron los planteamientos realizados en septiembre de 1995, pero se les dividió en tres categorías: "a) Los que representan un anclaje en el pasado que requieren un conjunto de acciones para su actualización y que puede denominarse Administración del pasado; b) Los que representan problemas coyunturales de reciente aparición y cuya solución se vislumbra a corto plazo... En este concepto se incluye la gestión del gasto y el ejercicio de los programas... c) El conjunto de actividades que van a representar la semilla de la inserción de la institución en su futuro".16
La versión anterior fue objeto de una revisión cuidadosa que derivó en una mejor presentación y el desglose puntual de los programas en docencia, investigación, difusión y marco jurídico y administración. Fue así como el Plan Institucional de Desarrollo 1996-2000 se turnó al Consejo Universitario para su aprobación, lo que ocurrió en la sesión del 18 de septiembre de 1996. Concluido el trabajo y establecida la ruta a seguir, las autoridades universitarias confiaban que las instancias federales y estatales pudieran brindar más apoyos a la universidad pública michoacana. De igual manera, consideraban que los programas institucionales, subprogramas y proyectos específicos, traerían consigo:
"1. Mejoramiento de la calidad de las funciones sustantivas y adjetivas de la Universidad, propiciando la formación de recursos humanos con una educación integral. 2. Incremento de los niveles del trabajo operacional total de cada dependencia. 3. Conocimiento del nivel de eficiencia en el uso de los recursos, considerando su incidencia relativa en el proceso del trabajo universitario. 4. Identificación de oportunidades de automatización, simplificación o eliminación de pasos en los procedimientos administrativos y académico-científicos, de igual manera en los niveles de la delegación de autoridad y responsabilidad sobre el uso y disposición de los recursos con el objeto de agilizar trámites en el trabajo universitario. 5. La creación de un sistema permanente e integral de información con las bases de datos pertinentes de fácil acceso a todas las dependencias universitarias".17
Dos comentarios finales a propósito de este apartado: es indudable que el foro convocado por la rectoría cumplió con su cometido, por un lado, tomó en consideración el sentir de la comunidad universitaria e involucró a los diferentes sectores en la toma de decisiones; por el otro, como consecuencia de este ejercicio pudo cumplimentarse un compromiso con la Federación, que permitió que la Universidad Michoacana recibiera apoyos financieros para su fortalecimiento.
EN TIEMPO DE CRISIS, "HACER MÁS CON MENOS"
La presidencia de Carlos Salinas de Gortari llegó a su fin, pero no ocurrió como lo esperaba la clase política en el poder. El movimiento zapatista de Chiapas contradijo el discurso oficial que pregonaba un crecimiento económico sin precedentes, bienestar social y la inserción de México al concierto de naciones desarrolladas. De igual manera, el sistema político se fracturó y aparecieron una serie de hendiduras que dejaban ver contradicciones y enfrentamientos entre quienes dirigían los destinos del país. El "error de diciembre", atribuido a Zedillo Ponce de León y sus colaboradores, trajo consigo una crisis que afectó a toda la economía y, como se dijo antes, arrastró también al sector educativo.
Esta problemática la enfrentó Galván Infante. El rector tenía claro que la Casa de Estudios debía transformarse, pero para hacerlo se requerían recursos económicos. En una de sus primeras declaraciones, adelantó algunas ideas de lo que pretendía realizar, "no duda en señalar que tendrá que multiplicar el financiamiento de la Universidad Michoacana, con la diversificación de las fuentes y una aplicación óptima de los recursos. Por ello habla desde ahora de un manejo transparente, limpio y honesto de los recursos, conociendo exactamente el destino y los resultados de su ejecución".18
Pese a la problemática que se vivía, la Universidad Michoacana no se encontraba en crisis, así lo aseguraba Galván Infante a los medios de comunicación que insistían sobre ese punto. El rector reconocía que los recortes presupuestarios sí habían afectado ciertas actividades universitarias, pero en ningún momento el desarrollo general de la institución. Los ahorros y la eficiencia en el ejercicio presupuestal, añadía, había permitido garantizar las labores docentes y de investigación, principalmente. Aunque difícil, consideraba que en los meses que estaban por venir mejoraría la situación, "se había considerado que en los primeros meses del año se diera una estabilidad en cuanto al aspecto económico y financiero del país y como consecuencia también en la universidad. Sin embargo, el comportamiento económico de los últimos meses no ha podido demostrar que estemos ya en un ambiente de estabilidad, lo que se refleja en la constante fluctuación que tiene el peso frente al dólar. No obstante, hizo hincapié en que hay optimismo y que se piensa que en el segundo o tercer trimestre de 1995 pueda haber mayor estabilidad y certidumbre en cuanto al comportamiento económico en el país".19
En los últimos días de abril, la Casa de Estudios fue enterada de que el presupuesto a ejercer en 1995 ascendía a 76 millones de pesos, un 8% superior al del año anterior. El incremento resultaba a todas luces insuficiente, por ello la autoridad universitaria impulsó una política de ahorro en rubros como agua potable, electricidad, teléfono, papelería y "enseres". No obstante lo anterior, seguía dándosele prioridad a la investigación científica, al grado de autorizarse un incremento del 30% a esta área para atender 110 proyectos en curso. En relación a la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento, el rector informaba a la comunidad universitaria: "la universidad ya se está preparando para presentar sus proyectos ante el Fondo para la Modernización de la Educación Superior (FOMES) y participar de esa manera en la convocatoria de este año. Recordó que el año pasado se asignó fuera del presupuesto, por este medio, la cantidad de 8 millones de pesos para llevar a cabo los proyectos del 94. Asimismo, dijo que se tiene el apoyo de Conacyt, tanto para infraestructura como para la preparación de recursos humanos, aunque esta instancia también ha visto reducido su presupuesto, pero sigue siendo una buena alternativa de auxilio, y el programa 'Supera' de la ANUlES para el fortalecimiento de la planta docente...
En lo que se refiere a crecimiento en infraestructura, fueron presentados a CAPFCE 7 proyectos de los cuales se han autorizado hasta este momento 3 obras... ".20 Poco a poco los esfuerzos de la administración por revertir esta situación, empezaron a dar frutos. En el renglón académico, uno de los proyectos aprobados por FOMES posibilitóla revisión y actualización de planes de estudio de distintas escuelas y facultades.
Estallamiento de huelga por parte del SUEUM, (FOTO DE MARCO ANTONIO ARÉVALO).
Entre 1994 y 1995, diez dependencias universitarias cumplieron con este requisito básico para la mejor preparación de los educandos, en tanto que cinco comenzaron el proceso, "buscando con ello hacer congruente su oferta educativa con las necesidades que la sociedad demanda; y también se han elaborado reglamentos para la titulación".21
En el siguiente ciclo escolar, otras dependencias académicas iniciaron su revisión curricular y algunas de ellas sometieron para su aprobación propuestas para aplicar nuevas opciones de titulación. Por otra parte, el personal académico de escuelas y facultades participó en el diseño de las llamadas Unidades de Enseñanza-Aprendizaje, al igual que en diplomado s para "la elaboración y comunicación de resultados de investigación científica". El trabajo desarrollado en su conjunto, benefició a poco más de 39 mil alumnos, mismos que tuvieron acceso al conjunto de bibliotecas que forma parte de la Red de Sistemas Bibliotecarios de las Universidades del Centro del país.22
En el periodo 1997-1998, Y con base en el Plan Institucional de Desarrollo 1996-2000, comenzó a darse la evaluación de los programas educativos, tema que había venido postergándose en gran medida por la reticencia de ciertos sectores universitarios que la consideraban como una intromisión del Gobierno Federal en la vida interna de la Universidad. El proceso contemplaba varias etapas: la evaluación, la programación y la ejecución y, por último, el seguimiento, control y revisión de resultados del plan. Apoyada por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIES), la Casa de Estudios cumplió con una primera fase que consistía en someter a esta práctica a la administración y gestión institucional. Luego inició este mecanismo en algunas escuelas y facultades, en primer término en el área de ingenierías. Más adelante aceptaron hacerlo las Facultades de Contabilidad y Administración y Economía.23
Con Galván Infante, la Universidad Michoacana entró de lleno a una etapa en la que los programas federales se convirtieron en referencia obligada y condición básica para el desarrollo universitario. A nivel docente, el peso recaía -debiera decirse, recae- en programas como el de la Carrera Docente, el de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP), el de la Promoción de los Trabajadores Académicos y el de Capacitación y Adiestramiento de los Trabajadores Académicos. En algunos casos, han cambiado los nombres y las siglas, pero la esencia sigue conservándose.
Respecto del posgrado, el rector sostuvo a lo largo de su gestión, que éste debía convertirse en uno de los soportes de la vida universitaria. Una decisión trascendente en ese sentido, fue la conformación del Consejo General de Estudios de Posgrado, suceso que se dio en octubre de 1995. De acuerdo con el reglamento previamente aprobado, todas las actividades inherentes al posgrado -planeación, organización, promoción, supervisión y evaluación- estarían sujetas a los lineamientos establecidos por el Consejo. Para la administración, la medida contribuía a dar "orden en este nivel de estudios, pues de esta forma es posible acrecentar el posgrado y brindar a la sociedad mejores cuadros, coadyuvando con ello al desarrollo del estado".24
En un primer balance ofrecido a los universitarios, el responsable de la rectoría daba a conocer que la institución contaba con 15 especialidades, 14 maestrías y 2 doctorados. En el caso de los programas de maestría, cuatro de ellos se hallaban en el Padrón de Excelencia de CONACyT. La oferta educativa se vio enriquecida en 1995 con la Maestría en Ciencias Médicas, la Maestría en Estructuras y la Maestría y Doctorado en Matemáticas, lo mismo que las Especialidades de Derecho Penal y Derecho Procesal, así como la Maestría en Derecho. En relación a la población estudiantil inscrita en este nivel, ésta sólo era de 215 alumnos, inferior a la media nacional de 2.25 %. 25
En el lapso comprendido entre 1996-1997, se ampliaron y diversificaron las actividades relacionadas con el posgrado. Un elemento más que contribuyó al crecimiento del posgrado durante esta etapa, fue la incorporación de académicos mediante los programas de Retención, Repatria- ción o Cátedras Patrimoniales impulsados por CONACyT. En 1998 se consignaba que el posgrado universitario contaba con 74 doctores, 68 maestros en ciencias y 41 profesores visitantes. Además de 44 estudiantes universitarios que realizaban sus estudios de posgrado en instituciones nacionales y extranjeras.26
No obstante los problemas económicos ya mencionados, la investigación científica mantuvo su ritmo de crecimiento y formó parte del proyecto de modernización emprendido por Galván Infante.
Recién iniciada la administración, se conformó el Sistema de Investigación Morelos (SIMORELOS), cuyo propósito era unir esfuerzos institucionales, fomentar la participación multidisciplinaria y homogeneizar proyectos de investigación. Los trabajos fueron respaldados inicialmente por un fideicomiso de cinco millones de nuevos pesos, al que contribuyeron el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), la Secretaría de Educación Pública y los estados de Jalisco, Colima y Michoacán.27
La idea de incentivar la investigación científica en el occidente de México fue bien vista y alentada por CONACyT. Juan Manuel Lemus Soto, coordinador regional del organismo federal, al inaugurar el Cuarto Encuentro de Investigación Científica organizado por la Universidad Michoacana externó la conveniencia de desarrollar este tipo de actividades en una zona "donde hay una población de 12.3 por ciento del total del país, su superficie es del orden del 7.4 por ciento y su Producto Interno Bruto es del 9.7 por ciento, (sin embargo) los apoyos para el desarrollo de la investigación están por debajo de la importancia que tiene esta región, por lo que se necesita incrementarlos... ".28
Por otra parte, el establecimiento de la UNAM en Morelia, que había comenzado a darse en la rectoría de Trujillo Mesina, alcanzó un estatus diferente con Galván Infante, cuando éste firmó un convenio con el rector José Sarukhán Kérmez, por medio del cual se formalizó la instalación del Instituto de Astronomía y el Centro de Ecología en la capital del estado y para ello la Casa de Hidalgo cedía en calidad de préstamo algunas instalaciones en el Centro Universitario de Estudios de Postgrado e Investigación (CUEPI), mientras que se construían las instalaciones que ocuparían de manera definitiva.29
Las acciones desplegadas por la Coordinación de la Investigación Científica encontraron eco en la rectoría. En su afán por atraer mayores recursos financieros que respaldaran los proyectos de investigación que iban en ascenso, las autoridades universitarias invitaron a funcionarios de CONACyr y la SEP a que visitaran el campus universitario y conocieran in situ el potencial que ofrecían las distintas áreas de investigación, al igual que las carencias que se enfrentaban. En febrero de 1995, Gabriel Siade Barquet, director adjunto de Desarrollo y Tecnología Regional, acudió a Ciudad Universitaria y en compañía de varios de sus colaboradores recorrió las instalaciones de los Institutos de Metalúrgicas, Químico Biológicas y la Escuela de Tecnología de la Madera. Al finalizar la jornada, el funcionario federal se dijo satisfecho por el uso que se daba en la Universidad Michoacana a los fondos aportados por el organismo rector de la investigación científica en México.30
Otro aspecto al que se prestó especial atención, fue a la celebración de convenios con la Iniciativa Privada. En el medio universitario se admitía que el vínculo con el sector productivo no era el mejor y tenía que fortalecerse. Por la cercanía que había tenido con agro industrias y empresas ganaderas, el rector comprendía la importancia que revestía para los investigadores mantener relaciones con la planta productiva, por lo mismo auspició convenios que beneficiaran a distintas áreas del conocimiento. Mediante las "Cátedras Empresariales", se suscribieron compromisos varios con "Cementos Apasco", "Cobre Químicos Nacionales", "CRISOBA", "Rornand Hass México", "Sulzer Hidro", "Valent de México" y "BASF Mexicana", por citar algunos casos.
Desde luego que también los hubo con institutos y centros de investigación, nacionales y extranjeros; instituciones de educación superior como la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Autónoma "Antonio Narro", Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad Carolina de Praga, Universidad de Alicante, Universidad de Massachussets- Lowel, y otras más.
El crecimiento experimentado en materia de investigación puede constatarse en la creación de institutos y centros de investigación. En julio de 1995, el Consejo Universitario dio su aval para el Instituto de Investigaciones sobre Recursos Naturales (lNIRENA), una iniciativa que se había incubado en la Escuela de Biología y de la cual fue promotor Arturo Chacón Torres. Se creó a partir de tres ejes rectores: procurar una explotación racional y sustentable de los recursos naturales, conservar el medio ambiente y solucionar los problemas que en ese sentido enfrentaba el desarrollo regional. En palabras de su fundador: "nuestro estado constituye una región rica en yacimientos minerales, diversidad c1imática y de suelos, recursos acuáticos, forestales, de fauna y pesqueros que lo identifican, junto con su riqueza histórica y étnica, como una región de gran importancia ecológica, económica y cultural. Pero, subrayó, ocupa el segundo lugar en los estados de la República con mayor superficie desmontada de zonas forestales, superado únicamente por Chiapas, lo que muestra la existencia de un proceso creciente de explotación desmedida, deterioro económico y social y un desequilibrio en los sistemas ecológicos regionales…".31
De manera paralela y bajo el mismo mecanismo, se fundó el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IIAF). La nueva dependencia universitaria estaba orientada a un sector prioritario de Michoacán, "se basa en un proyecto debidamente estructurado para cumplir con metas que propicien el desarrollo y la solución de problemas del sector agrícola y forestal".32 Ambos institutos nacieron juntos, compartieron ciertas líneas de investigación y, sin saberlo, serían actores principales de otra trama universitaria años después. A lo anterior, hay que agregar la formación del Archivo Histórico de la Universidad Michocana, área que se le encomendó a Silvia Figueroa Zamudio.
Conviviendo con los asistentes al "Verano de la Ciencia",
en las instalaciones de Radio Nicolaita, (AFJNG).
Uno de los proyectos en el que Galván Infante cifró grandes esperanzas, fue en la formación del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología (CMEB), dependiente de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Se le concebía como una opción viable para ofrecer servicios de calidad al sector productivo en las áreas de biología molecular y biotecnología molecular en el campo agropecuario. Un grupo de especialistas elaboró el proyecto y éste fue presentado a FOMES.
Las gestiones realizadas por Javier del Toro Valencia dieron resultado, aprobándose una dotación importante de equipo considerado entonces como de punta, para lo que originalmente se pensaba sería un laboratorio. Debieron pasar algunos años para que pudiera concretarse la construcción de un edificio que permitió la instalación de los equipos previamente recibidos. Fue en ese momento que se decidió su transformación en centro. La inauguración se llevó a cabo en agosto de 1998, en los momentos finales de la administración.33
Los logros académicos y de investigación no pueden entenderse sin una infraestructura física adecuada. La administración hizo un gran esfuerzo para dotar a escuelas, facultades e institutos de las condiciones necesarias para realizar sus funciones. Ampliaciones y remo delaciones fueron realizadas en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, las Escuelas Preparatorias "José María Morelos y Pavón", "Melchor Ocampo", "Eduardo Ruiz" y "Lázaro Cárdenas del Río"; en las Escuelas de Historia, Físico Matemáticas, Economía, Tecnología de la Madera e Ingeniería Mecánica y en las Facultades de Contabilidad y Administración, Derecho y Ciencias Sociales, Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Civil. Igualmente, se concluyeron edificios para las Facultades de Contabilidad y Administración, Biología y Filosofía.
Varias fueron las dependencias universitarias que se vieron beneficiadas con la construcción de edificios para aulas, laboratorios, talleres y áreas audiovisuales: las Escuelas Preparatorias "José María Morelos y Pavón", "Isaac Arriaga", "Eduardo Ruiz" y "Lázaro Cárdenas del Río", así como la Escuela Popular de Bellas Artes y las Facultades de Biología (Laboratorio de Biología Acuática), Medicina Veterinaria y Zootecnia (Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología), Enfermería y Psicología. En el caso de los Institutos de Investigaciones: a Metalúrgicas y Física y Matemáticas se les dotó de aulas y laboratorios, y a Químico Biológicas de un bioterio. También fue edificado el Laboratorio de Autoacceso del Departamento de Idiomas.
Una de las obras más esperadas fue el Gimnasio Auditorio de la Unidad Deportiva, al que después se le conoció como de Usos Múltiples. Iniciado en la administración de Daniel Trujillo Mesina, fue concluido y equipado durante la rectoría de Galván Infante. Los fondos destinados para tal fin fueron de origen federal y comprendieron el amueblado de la gradería, la habilitación de una cancha de basquetbol y voleibol y un gimnasio de acondicionamiento físico, la sonorización y la adquisición de un tablero electrónico con marcador. En otro orden de ideas, se actualizó la infraestructura del Centro de Cómputo Universitario, triplicándose la capacidad de conexión a internet. 34
LA DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA
El quehacer científico requiere difundirse, darse a conocer a públicos más amplios, sobre todo a los niños y jóvenes, para que éstos comprendan la importancia y la necesidad de fomentar y estimular la investigación como elemento indispensable para resolver diversos problemas que aquejan a la sociedad o contribuir a su desarrollo. Galván Infante dio continuidad a una serie de actividades de divulgación científica iniciadas en el periodo anterior. Así, la labor del grupo "Ciencia para todos" siguió su curso normal en escuelas y facultades, lo mismo que en recintos como el Planetario de Morelia, sede de "Ciencia para niños y sus papás".
Del mismo modo, se dio cobijo a la Feria Nacional Universitaria de Ciencia y Arte, convirtiéndose en un valioso escaparate para las universidades públicas del país. El Museo de Historia Natural "Manuel Martínez Solórzano, por su parte, llevó a cabo un gran número de exposiciones, talleres y cursos de verano. Un recurso más para transmitir los conocimientos científicos generados, fue publicar a través del periódico La Voz de Michoacán la página "Eureka" y el suplemento semanal Testimonios Universitarios.
El programa "Presencia de El Colegio Nacional en la Universidad Michoacana", no sólo se mantuvo sino que se diversificó con la incorporación de otros miembros de esa prestigiosa institución. Dos fundadores de ésta, el médico Ignacio Chávez Sánchez y el filósofo Samuel Ramos Magaña, fueron objeto de un merecido reconocimiento en ocasión del primer centenario de su natalicio. En el caso del eminente cardiólogo y ex rector de la Universidad Michoacana y la Universidad Nacional Autónoma de México, el Gobierno de la República dispuso se conformara una comisión conmemorativa encabezada por la Secretaría de Salud, presidida en ese entonces por Juan Ramón de la Fuente, y de la que formaran parte los estados de Michoacán y Guerrero, así como las instituciones de educación superior antes mencionadas.
La Universidad Michoacana se sumó de manera entusiasta a los festejos: organizó una serie de actividades en el Museo Regional Michoacano, entre las que destacó una exposición alusiva a la trayectoria y obra de quien naciera en Zirándaro, Michoacán (hoy Guerrero) el 31 de enero de 1897, misma que después se trasladó a la sede de El Colegio Nacional. Asimismo, el historiador Raúl Arreola Cortés preparó, por encargo de la rectoría, el libro Infancia y juventud de Ignacio Chávez. Otro material elaborado para dar realce a esta efeméride fue el documental Ignacio Chávez. Nicolaita Universal, exhibido primero en un recinto universitario y más adelante transmitido por la frecuencia televisiva cultural Canal 22.
En cuanto al autor del libro El perfil del hombre y la cultura en México, la Casa de Estudios organizó algunas conferencias y publicó el texto Samuel Ramos. La pasión por la cultura, de Raúl Arreola Cortés, que apareció bajo el sello editorial del Instituto de Investigaciones Históricas y el Centro de Estudios sobre la Cultura Nicolaita.
EN BUSCA DE NUEVOS RETOS
A unos meses de concluir su encomienda, Salvador Galván presentó su renuncia como rector. El motivo fue la invitación que recibió por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía desde 1974, para contender por la presidencia de Morelia. Después de una breve campaña política, obtuvo el triunfo y se convirtió en alcalde de la capital del estado, cargo que desempeñó de 1999 a 2001. Su capital político creció como consecuencia de la reubicación de los vendedores ambulantes establecidos en el centro histórico de la ciudad e influyó, seguramente, en su designación como diputado de la LXIX Legislatura del Congreso de Michoacán (2002-2005). Cuando sus actividades legislativas llegaron a su término, regresó a la Universidad Michoacana de tiempo completo. Como Profesor e Investigador Titular "B" desempeñó las tareas propias de su nombramiento, y en 2013 obtuvo su jubilación. No se alejó de la Casa de Estudios en la que se formó y dirigió, actualmente es integrante de la Comisión de Rectoría.
El rector acompañado de la C.P Gabriela Villalobos, su esposa, (AFJNG).
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1 La Voz de Michoacán, Morelia, 28 de octubre de 1994, p. 12-A.
2 Archivo Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), Curriculum Vitae de Salvador Galván Infante.
3 La Voz de Michoacán, Morelia, 1 de noviembre de 1994, pp. 1 y 3D-A.
4 La Voz de Michoacán, Morelia, 2 de noviembre de 1994, p. 9-A.
5 La Voz de Michoacán, Morelia, 1 de noviembre de 1994, p. S·A.
6 La Voz de Michoacán, Morelia, S de noviembre de 1994, p. 12-A.
7 La Voz de Michoacán, Morelia, 1 de noviembre de 1994, p. 8-A.
8La Voz de Michoacán, Morelia, 23 de noviembre de 1994, p. 3-A.
9La Voz de Michoacán, Morelia, 27 de noviembre de 1994, p. 29-A.
10 La Voz de Michoacán, Morelia, 6 de diciembre de 1994, p. 33-A.
11 La Voz de Michoacán, Morelia, 4 de enero de 1995, p. S-A.
12La Voz de Michoacán, Morelia, 10 de enero de 1995, p. 3D-A; 19 de enero de 1995, p. 7-A.
13 La Voz de Michoacán, Morelia, 14 de enero de 1995, pp. 1 y 24-A.
14 Memoria. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de cara al siglo XXI, Morelia, septiembre de 1995, p. 5.
15 Memoria. La Universidad Michoacana..., pp. 138-139.
16 Plan Institucional de Desarrollo 1995-2000. Documento Preliminar, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1995, pp. 128-129.
17 Plan Institucional de Desarrollo 1996-2000, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1996, pp. 17-18.
18 La Voz de Michoacán, Morelia, 23 de enero de 1995, p. 29-A.
19 La Voz de Michoacán, Morelia, 10 de abril de 1995, p. S-A.
20 La Voz de Michoacán, Morelia, 25 de abril de 1995, p. 1.
21Discurso pronunciado por el M.e. Salvador Galván Infante, rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el día 4 de septiembre de 1995, con motivo del inicio del ciclo escolar 1995/1996, p. 6. El documento consigna también datos de 1994, cuando Galván Infante fue nombrado rector interino.
22Discurso del M. C. Salvador Galván Infante, rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, con motivo del inicio del ciclo escolar 1996-1997, pp. 5-8.
23 Discurso del M.C. Salvador Galván Infante, rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, con motivo del inicio del ciclo escolar 1997-1998, pp. 6-7.
24La Voz de Michoacán, Morelia, 5 de octubre de 1995, p. 4-A.
25 Discurso del M. C. Salvador Galván Infante... 1996-1997, p. 5.
26Discurso del M.C. Salvador Galván Infante... 1997-1998, pp. 9-10.
27La Voz de Michoacán, Morelia, 14 de noviembre de 1994, p. n-A.
28La Voz de Michoacán, Morelia, 6 de diciembre de 1994, p. 8-A.
29La Voz de Michoacán, Morelia, 2 de febrero de 1995, p. ID-A.
30La Voz de Michoacán, MoreJia, 25 de febrero de 1995, p. 7-A.
31La Voz de Michoacán, Morelia, 2 de abril de 1995, p. 6-A.
32 La Voz de Michoacán, Morelia, 1 de septiembre de 1995, p. 7-A.
33 Entrevista realizada al M.C. Salvador Galván Infante, 10 de agosto de 2017.
34 Inversiones en infraestructura física y equipamiento en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en el periodo de noviembre de 1994 a agosto de 1998. Documento proporcionado por el M.e. Salvador Galván Infante.