Texto académico
Autores
Eduardo Ochoa Hernández
Dina Durán Carranza
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Pedro Gallegos Facio
Gerardo Sánchez Fernández
Rogelio Ochoa Barragán
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6. Cadenas de sentencias
La escritura académica es un estilo elegante, con la herencia de la tradición de Descartes y con la aspiración del humanismo científico de formar nuevas generaciones de personas en el estilo discursivo objetivo[1]. Al intentar explicar la función de la educación humanista científica, esto nos conduce a la Ilustración. Explicar cualquier deficiencia humana para una sociedad virtuosa, pasa por la máxima de buscar fortalecer la capacidad racional de la comunidad académica. La Ilustración, intentó explicar la estupidez como algo desordenado en la mente[2], no tiene que ver con la ignorancia o algún bajo índice estandarizado de IQ (coeficiente intelectual); sino con una educación como acción que maximiza los beneficios morales de escritura creativa, donde su mayor activo, es la juventud que es capaz de alcanzar su soberanía intelectual.
Al lanzar un conocimiento, es mucho más que una curiosidad de leer una teoría. La incapacidad para hacer flexibles nuestras mentes a nuevas y más estructuradas ideas, es una aflicción que los biólogos de la mente continúan investigando, tiene tal importancia que la pos-verdad que ahora mismo escurre en nuestras aulas, es consecuencia de los efectos: Mateo (Robert King Merton[3]) y del sesgo cognitivo[4]. Juntos estos efectos, nos pueden explicar la importancia capital para la educación moderna del diseño discursivo del español con propósitos de aprendizaje profundo y el dominio de los estilos de pensamiento mediados por la literatura académica.
Cuanto mejor sabemos algo, menos esfuerzo para recordarlo será necesario, es decir, aprender a fundamentar, justificar, explicar, demostrar, categorizar, calcular es lo esencial de la actividad de la escritura creativa con propósito académico. Es necesario precisar esto:
Fundamentar. Las teorías científicas son del tipo fundamentadas. Estas teorías recogen sus fundamentos de dos maneras, unos del tipo normativo de la disciplina (aquellas premisas ampliamente aceptadas) y otras premisas reconocibles por citas y referencias (conocimiento presente que está en discusión por la comunidad epistémica). Este tipo de proposiciones se les llama fundamentos.
Justificar. Del análisis de fundamentos identificados en la revisión del estado del arte que guarda un tema científico, técnico, disciplinar…, se realizan ejercicios de cadenas de razonamiento hipotéticas deductivas o inductivas, que dan como resultado en nuestro manuscrito, cadenas de proposiciones de fundamentos encadenados por operadores modales en el español u otro lenguaje natural.
Explicar. Es realizar el arte de la inferencia sobre cadenas, cláusulas que expresan justificaciones. En este proceso, los hechos, los conceptos y las teorías se articulan para crear un aparato predictor, sobre lo que ocurre en ese mundo objetivo e independiente de nuestra imaginación que lo llamamos: ontología del mundo. Al explicar en nuestro manuscrito, se hacen argumentos que desarrollan la exploración de algún espacio de significado en lo real o en lo abstracto.
Demostración. Proceso lógico matemático sin contradicción, hipotético deductivo puro o, aplicado sobre una correlación de datos a razón en el aparato predictor de la teoría que explica lo real.
Categorización. Axiomática humana que nos permite un análisis de colecciones de cosas, todas de alguna manera, están relacionadas. Para que este tipo de cosas-relación cuenten como categoría, tenemos que comparar los atributos de las cosas con su misma categoría y su relación con una segunda, y la segunda con una tercera, así sucesivamente se amplia la colección de categorías. En una categoría la cosa se llama objeto y la relación se conoce como morfismo, y al proceso de este análisis: categorización.
Cálculo. Se dice de una predicción teórica, una descripción posible sobre tasas a las que cambian las cosas. El propósito principal del cálculo, es ayudarnos a expresar y manipular las ideas generales en forma matemática, que en algunos casos permita comparar los datos teóricos con los empíricos, y en otros, la posibilidad de crear sintéticamente una entidad nueva en el mundo dado. Hay cálculos exactos y aproximados, dentro de: los infinitesimales, lógicos, semánticos, geométricos, probabilísticos, estadísticos, algebraicos, genéticos, polimorfos de proteínas, electromagnéticos…, todo ello dentro de un límite matemático en algo que podemos acercarnos lo suficiente pera medir su posible existencia.
Las perdonas saben cómo usar la gramática, por su puesto; la han aprendido desde niños. Pero el dominio del lenguaje es inconsciente por derecho de nacimiento, pero no es suficiente para permitirnos escribir buenas sentencias y párrafos. Aprender a llevar las unidades del lenguaje a la conciencia, puede permitir que un escritor haga su oficio de escribir más racional.
6.1 Sentencias núcleo
Vamos a usar el término “sentencia núcleo”, para referirnos a cualquier palabra o conjunto de palabras que usemos como punto de partida, la “sentencia cero” es el punto a partir del cual iniciamos el desarrollo de la escritura creativa. Es desde la sentencia núcleo que construimos una sentencia más larga, propositiva y más satisfactoria. Piense a las sentencias núcleo como algo que debemos extender en su información portadora. Algunas sentencias núcleo son tan cortas como esta: “ellos durmieron”. Cualquier cosa que podamos agregar a esta sentencia la conducirá en una nueva dirección. Probablemente aparecerá al final de otras frases ya compuestas, la información proporcionada en sentencias anteriores justifica la coherencia en el discurso. Pero, sí comenzamos con “Ellos durmieron”, casi cualquier cosa que agreguemos a esta sentencia en términos de información propositiva será coherente. Por ejemplo: “Ellos durmieron, después de resolver las ecuaciones diferenciales necesarias para balancear el sistema”. Al carecer de un contexto previamente establecido, un lector podría preguntarse quiénes son y por qué durmieron, ofreciendo el sujeto y al verbo de la cláusula como base para una posible explicación o modificación adicional.
La sentencia núcleo consiste solo en un tema, un verbo y un objeto, que aprovecha la oportunidad de que una sentencia núcleo sea el punto de partida obvio para elaborar y clarificar. Esta será la situación que enfrentamos con más frecuencia a medida que mejoremos nuestra escritura, pensando en una sentencia núcleo invitamos a extender el contenido más prolífico, sugiriendo la necesidad de anticipar preguntas sobre del sujeto, el verbo y el objeto. Y, en la mayoría de los casos, anticipamos y proporcionamos respuestas para esas preguntas predecibles que un lector podría esperar se hagan agregando información a la oración, haremos que la sentencia sea más efectiva.
Es menos evidente la invitación para más información, pero igual de importante es la oportunidad para proporcionar sentencias más largas. Una sentencia más larga y compleja puede avanzar en una serie de propuestas, pero aún, así, avanza añadiendo detalles y aclarando lo más útil en el discurso. El hecho es que, la mayoría de las sentencias que escribimos no son realmente tan largas o tan complicadas. La mayoría se mueve entre una longitud de 7 a 15 palabras. En la extensión de las sentencias debe cuidarse que los estructuradores y segmentadores de sentencias (determinativos, preposiciones y conjunciones), sean útiles, lógicos y fáciles de seguir en la prosa.
Las sentencias acumulativas añaden palabras y las sentencias modificadoras las encontramos fascinantes porque agregan información que (en realidad) hacen que la conversación entre texto y lector sea más fácil de leer y más satisfactoria, respondiendo preguntas, ya que proporciona más detalles, justificaciones y explicaciones, haciendo que, la inmersión imaginativa en el texto agregue más escritura, esa que traslada al inconsciente la lectura del código y al consciente la imaginación profunda.
O podríamos escribir. Las sentencias acumulativas comienzan con una breve cláusula y luego comienzan a recoger nueva información, tanta que, es como una bola de nieve la prosa, ya que rueda en un sentido, nos fascina que su origen sea una sentencia núcleo, con la capacidad de agregar información, es lo que realmente hace a la sentencia fácil de leer. Estas sentencias núcleo distinguibles por su falta de detalles y explicaciones, pueden crear por sí mismas una especie de estilo de escritura. De hecho, podríamos pensar en este estilo como el punto de partida para todos los demás estilos. Estas sentencias núcleo plantean un mínimo de información en la forma más básica de predicación. La prosa altamente predicativa tiene una especie de calidad de toma y daca, es decir, experimenta un periodo limitado de tiempo, vinculándolo con conjunciones, afirmando mientras se procesa la información. Este estilo predicativo es muy eficaz a la hora de crear un fluido de reflexiones y discusiones. No hace falta decir que, el estilo fuertemente predicativo ayuda a gestionar la mente reflexiva, despierta y concentrada en el propósito.
Una vez que tenemos una sentencia núcleo, hay tres enfoques sintácticos básicos que podemos tomar para construir: 1) podemos agregar información propositiva con conjunciones para agregar a la sentencia más segmentos de información; 2) podemos añadir información propositiva subordinando algunas partes de la sentencia a otras partes y, 3) podemos agregar información propositiva, mediante la modificación de palabras y sentencias que conviertan las propuestas subyacentes en modificadores. La estrategia sintáctica modificadora es una en la que agregamos sentencias adjetivas.
La prosa avanza en el tiempo por pasos no métricos, pero, no menos propulsores que el paso del verso. En la poesía llama la atención su movimiento métrico, por paradas de línea, por frases, por esquema de ritmo. Mientras la prosa, mide su desarrollo de maneras mucho menos obvias, pero no menos seguras. La prosa coloca en medio del flujo, pasos de frase, haciendo que el puntuado, enlaces y operadores discursivos sean un baile suave en la experiencia del conocimiento.
En consecuencia, sugerimos pensar a la prosa como tres modos primarios de progresión, tres formas principales en las que toma sus pasos: el predicado, el subordinado conectivo y el adjetivo.
6.2 Piezas adjetivas
Lo que nos parece más útil en este enfoque, es el estilo de que las sentencias se desarrollan con la idea de tomar paso en su extensión. Y los pasos adjetivos en particular, específicamente, el tipo de paso adjetivo dado por sentencias acumulativas sobre las propiedades del objeto. Esta sintaxis la consideramos un esfuerzo de acumular a favor o en contra de atributos. El primer paso para escribir sentencias más largas y efectivas que crecen tomando pasos adjetivos es comenzar a partir de una cláusula base relativamente corta y simple, luego, construir sentencias más largas a su alrededor. Diga las cosas directamente, el tema primero y luego lo que el sujeto está haciendo. A continuación, emplee modificadores, frases declarativas directas sobre las propiedades del objeto, expandiendo y contrayendo, ajustando su ritmo como sea necesario, creando textura, refinando con detalles y pausa reflexivas.
Es más fácil, seguir una serie de cláusulas que llaman nuestra atención a la información vinculante empleando: eso, quién, a qué, porque…, estas sentencias son relativas y específicas a la sentencia núcleo. Hay varias maneras en que las sentencias relativas pueden salir mal, y su principal caso es el que reclama a la utilidad comprometida con agregar especificidad al núcleo. Si bien, el objetivo de la escritura debe atender la retórica, es desafío elaborar la materia prima: “proposiciones premisas”, la justificación de su verdad y las inferencias de conclusión.
Colocar un puntuado y frases que invitan a la reflexión en el cuerpo del párrafo extendido, nos encanta el ritmo de alto y siga, que establecen con cada paso sintáctico que dan, nos mueven hacia adelante preparando nuestros sentido para lo que vendrá después, así como añaden a nuestro conocimiento lo que vino antes. Y esto establece, equilibrios entre la nueva información y la integración reflexiva en el flujo de la prosa. Después de un tiempo de practicar esta escritura creativa, podemos escuchar el ritmo de alto y siga, modificando generalmente con ayuda de un participio: hecho, escrito, dicho, cubierto, puesto, visto, vuelto, roto, resulto, demostrado, justificado, calculado, estimado, considerado… Esto recoge y precisa cómo interactúan con la sentencia núcleo, de esta manera obtenemos ritmos de reflexión y acumulación de nuevas evidencias o proposiciones teóricas.
Al trabajar con piezas de texto a partir de sentencias núcleo y ritmos acumulativos y calificativos, nos insta a seguir añadiendo sentencias modificadoras o también llamadas adjetivas, donde el ritmo, nos recuerda el modelo: antecedente, problema e inferencia de solución. Este modelo avanza en la medida de que cada módulo de escritura cumple un escalón más en la complejidad de la disertación. El principio es el siguiente, cuando escribes, lo haces un punto a la vez, restando y sumando para agregar discusión y precisión sobre la postura que asumimos en nuestro manuscrito. Algo incorrecto es salirnos por la tangente en la tesis objetivo que nos convocó a componer piezas de texto.
La gramática de párrafos se reconoce como un proceso de adición sobre una sentencia núcleo. Asiendo que la sentencia sustantivo sea más importante que cualquiera adjetiva. Lo que deseamos decir no está en la sentencia sustantivo, sino en la que agrega para calificar la nueva información. El sustantivo es solo un pivote que engancha a las sentencias satélite en la mente del lector. La sentencia sustantivo es el núcleo por sí misma, ese al que añadiremos información para el lector, negociando con él la base sobre la cual elevará el significado en el párrafo. Un párrafo es entonces, elevar la profundidad de la sentencia núcleo.
Al empapelar una sentencia sustantiva, nos permite omitir palabras innecesarias que precisen de más sobre el objeto que hablamos. Algo que lapida a nuestra escritura es la exagerada presencia de repetición de la sentencia núcleo. Si bien, los pasos de acumulación de sentencias, son una heurística, una indicación de que el escritor escribió inspirado más que en la prosa efectiva, en lograr libre de errores un cuerpo de razonamiento acumulativo en una retórica generativa antecedente-problemática-solución. Un medio para estimular y producir mejores sentencias. Un principio es esencialmente, un proceso de adición de premisas y seguido de desenvolver la justificación y, necesariamente alcanzar una inferencia de conclusión parcial al tema general del texto.
Al agregar sentencias definimos la dirección de nuestro razonamiento y el movimiento en el estilo de pensamiento que adoptamos. La sentencia núcleo, puede no tener modificadores en ella. Pero, las adiciones explican y ejemplifican el movimiento a cada nueva posición de la discusión de las ideas. De esta manera, consolidan cada párrafo, saltando a otras piezas del sistema que definió el problema y, permaneciendo dentro del objetivo del manuscrito.
Las adiciones permanecen con las mismas ideas, sondeando sus implicaciones, ejemplificando, buscando analogías o reduciéndolas a sus detalles. Por lo tanto, la mera forma de la sentencia genera ideas. Sirve a las necesidades dentro del escritor como del lector, lo que obliga a examinar su pensamiento, al lector dejándolo entrar en el pensamiento del escritor.
Explicándolo en otro modo, diríamos que la forma acumulada insta al escritor a dar más información al lector, y sugiere al lector que el escritor está haciendo todo lo posible para que las cosas sean lo más claras y satisfactorias posible. Esta es la sintaxis que envía la señal de que el escritor está haciendo su mejor nivel para comunicarse completamente y eficazmente, tratando más duro que otros de ganar profundidad.
6.3 Sentencias acumulativas
Las sentencias acumuladas tienden a desarrollar cambiando por medio de niveles de generalidad abstracta a niveles más específicos. Cada palabra de una sentencia, se elige dentro de un eje vertical de categorías gramaticales para expresar un imaginario en el eje horizontal, a lo largo del cual, cada palabra es más precisa en una serie de opciones alternativas, por encima de ellas en la escalera de abstracciones. Las sentencias acumuladas tienden a extender este principio a toda la sentencia, normalmente modificando la cláusula base con una sentencia que le dé más precisión, y luego, con frecuencia se desplaza una vez más a una sentencia modificadora de segundo nivel que agrega precisión a la primera. Con la cláusula principal (núcleo), el movimiento hacia adelante de la sentencia se detiene, el escritor se desplaza a un nivel inferior de genialidad o abstracción, emplea términos singulares y se remonta al mismo nivel inferior de especificidad. Podemos ver cómo funciona este principio en la que la cláusula base introduce un tema compuesto y las cláusulas modificadoras posteriores lo dividen en sus partes constitutivas. O podemos notarlo en un párrafo en el que cada nueva capa recuerda, que cada capa modifica el peso, refinando la información sobre la sentencia núcleo.
Una de las virtudes de la frase acumulada es que las conexiones lógicas entre cláusulas base y modificadoras se puede dar a entender como una forma aproximada de justiciar la lógica de las relaciones que indica su contenido. La lógica de acumulación es una cadena de razonamiento.
Además, las sentencias acumuladas añaden textura a la pieza de texto. Al contenido propositivo de un párrafo, se le llama textura: densidad de información y complejidad de las inferencias. Una mejor textura es clave para mejorar la escritura. El estilo simple de acumular sentencias devalúa la textura en favor de simplicidad. Pero, la monotonía de la simplicidad devalúa la capacidad intelectual de la protesta. El ritmo entre simplicidad y complejidad es reforzado para obtener más detalles y explicaciones de disertación específica.
Este método es una retórica generativa con propósitos de español académico. Está basada en cuatro principios: adición, movimiento, nivel de abstracción y textura. Considere la sintaxis acumulativa en los términos de pasos sugeridos en líneas atrás. Tenemos la idea de un párrafo que es construido a partir de una sentencia de tesis (núcleo), con cada nuevo paso agregamos, modificamos, simplificamos, hacemos niveles de abstracción y clarificamos las conclusiones. Una sentencia núcleo es producto de una inferencia de conclusión previa. En consecuencia, podemos empezar a pensar en mejorar nuestra eficacia en la composición de sentencias simplemente añadiendo un nuevo nivel de modificación, haciendo que nuestras sentencias sean aún más efectivas con cada nuevo nivel de modificación que añadimos más allá de eso. Una sentencian modificadora tenga presente de que es de tipo adjetiva y que está dirigida a las propiedades de las entidades que refiere.
Tratamos con las frases de reflexión (se estima, es considerado calcular, es implicada…), empujar la narrativa nivel tras nivel, incluso en lo que los poderes de observación del lector van madurando. Queremos que se convierta la prosa en deslumbrante destreza sintáctica de sentencias, cláusulas, frases, metáforas.
Un gran objetivo para nuestra escritura es convertirnos en acróbatas de sentencias, deslumbrar por nuestras destrezas sintácticas.
6.4 La lógica de armar un párrafo
Cada vez menos hemos sido entrenados para armar sentencias que requieren todo tipo de líneas horizontales y verticales en nuestro pensamiento y, sobre el mapa de gramáticas en sentencias. Si bien los diagramas nos pueden ayudar a comprender las partes de un párrafo, no abordan la forma en que la sentencias se desarrolla en el tiempo mismo de la escritura; quizá, solo puedan de manera informal revelar una lógica de pasos que se toman en la medida que se desarrolla a través del tiempo de escritura. No es necesario que los escritores de sentencias acumulativas dominen este flujo geométrico. Lo verdaderamente maravilloso es la atracción añadida del uso acumulativo en nuestra escritura: se construyen las sentencias una sobre otra añadiendo un ritmo insistente entre conectores discursivos, así como una fila que alimentado detalles y explicaciones como sean necesarias, crean un flujo rítmico de información fácil de seguir y de distinguir. La acumulación de sentencias, se junta por puntos y comas, punto y seguido…, anticipando las posibles preguntas de un lector, asegurando al lector que el escritor está decidido a comunicarse de la manera más completa y efectiva posible.
Señalemos varias sentencias de nuestro sistema de toma de notas, para cada una de las sentencias que ha seleccionado, seleccione una sentencia núcleo, luego modifique acumulando sentencias modificadoras que agregue detalles a su justificación o explicación que contesten preguntas que razonablemente podrían hacerse al respecto. El objetivo de realizar un ejercicio así es mostrar cómo agregar incluso después de un punto y coma, una sentencias modificadora acumulativa para hacer más informativa la proposición núcleo. Para llegar a este punto, desde una dirección diferente revise algún texto (artículo de investigación original) y recorte las sentencias acumulativas respecto a las proposiciones núcleo de los párrafos.
El patrón que podemos descubrir en la escritura de párrafos en el discurso objetivo es mixto: subordinado y coordinado por operadores modales[5]. El texto claro es una elección deliberada en el discurso del texto académico. Los pseudo intelectuales lanzan una oscura verborrea para ocultar el hecho de que no tienen nada que decir, algo que su mente haya justificado su verdad y controlado en su acervo de creencias objetivas. El discurso académico se aleja de propuestas suaves que se visten de lo trivial y obvio con las trampas de esbozar solo “esto es”, “así se hace”. La sofisticación del discurso científico en su arte de fundamentar, justificar, explicar, categorizar, calcular…, no está pesada para un público pasivo, receptor de información y donde su escritura si acaso existe esta, es más para informar, transcribir y con total ausencia del ejercicio intelectual de una prosa creativa.
6.5 El estilo
Bien puede ser, ritmo y estructura. El estilo Virginia Woolf lo consideró el ritmo de la prosa. Pero, sin duda esto va mucho más allá de las palabras y el uso de la gramática, ofreciendo la sintaxis acumulativa de sentencias. Esta sintaxis es sobre una mecánica de coordinación, subordinación y mixta en el acumular sentencias. Puede ser más fácil escribir sentencias acumulativas si comprendemos su gramática básica y su construcción lógica, pero una de las bellezas de esta sintaxis es que no tenemos que pensar mucho en su diseño una vez que nos familiarizamos con sus ritmos distintivos. Podemos pensar que es algo complejo cuando se realizan sus diagramas, pero cuando las leemos en voz alta, nuestro oído recoge los ritmos formados por las relaciones lógicas entre sus cláusula base y las sentencias modificadoras. Una vez que el oído recoge los ritmos, puede generar nuevos niveles acumulativos.
No queremos sugerir que hay algo místico en este proceso. Es realmente muy similar a aprender a andar en bicicleta. Podemos leer todas las instrucciones y reglas para montar una bicicleta, pero nada toma el lugar que hacerlo en realidad, pasar por caídas y finalmente nuestro pensamiento se enfoca en el viaje en bicicleta. Cada pieza de texto que cree (párrafo, sentencia), cuando la lee en voz alta o la hace leer por un parlante sintético, su oído detecta que suena mal porque la lógica de la sentencia necesita ajustarse. La sentencia modificadora necesita un destino claro u objeto de modificación (sentencia núcleo). Nuestros ojos son muy indulgentes y con frecuencia no logran atrapar estos problemas, pero nuestros oídos casi nunca nos fallan en este propósito, alertándonos de las cosas que necesitan ajustes incluso que consideremos desechar una pieza de texto.
Una frase modificadora acumulativa por coordinación, vuelve una y otra vez a la sentencia núcleo, para agregar detalles o explicaciones, ofreciendo una especie de presente continuo donde la frase parece persistir en una declaración, tratando de conseguir más detalles, casi como si el escritor recordara una cosa más importante qué decir antes de seguir adelante. Uno de los puntos más fuertes de la forma acumulativa de coordinación es que sugiere que el escritor está muy preocupado de que el lector se satisfaga de información en una forma que hace fácil procesar cada cuestión. Algunas frases de coordinación podrían ser:
Podemos considerar ademas…
Es importante no perder de vista…
Deténgase a considerar…
Podría parecer erróneo, sin embargo,…
Desde otro punto de vista…
Un asunto a destacar…
Desde la consideración anterior…
Afortunadamente la sintaxis acumulativa nos proporciona patrones de coordinación casi ilimitados. En cambio, los niveles de modificación subordinados mueven el foco de la sentencia hacia a delante, pasando de lo general a lo específico, haciendo zoom como una cámara de fotografía. También pueden dividir un todo en sus partes constitutivas. Los niveles subordinados también pueden llevarnos a nuevos pensamiento, invitándonos a aventurarnos a ser más precisos y específicos, a refinar y detallar lo que expresan las sentencias núcleo. Este tipo de prosa, está fuertemente asociada con un argumento de tesis (minitexto). La construcción de estas, es un proceso profundamente hipotético deductivo e inductivo. Las sentencias subordinadas nos mueven a alcanzar nueva información. Así, podemos obtener que esto nos conduce a fórmulas de razonamiento al modo: reformulativo (corrección, explicación, concreción); recapitulativo, temporal, argumentativo, modal, enunciativo, afirmativo. (Ver el diccionario de conectores y operadores http://www.libertadacademica.com/EbookLetras10/elements/TablaContenido.html )
El ritmo distintivo de la forma sintáctica de las sentencias acumulativas subordinadas son realmente un razonamiento de proposiciones encadenadas con operadores modales. Estos párrafos son auténticos argumentos de tesis, generalmente la proposición núcleo es la sentencia resultado de la inferencia de conclusión. Recuerde que aunque tenga en mente una fórmula establecida, las situaciones le exigirán desarrollar novedosas cadenas de razonamiento (cláusulas de proposiciones), agregando niveles de razonamiento sobre la sentencia núcleo.
Las sentencias en modo coordinado y subordinado, son un empacamiento efectivo de numerosas proposiciones de una manera fácil de leer, señalando al lector detalles y explicaciones satisfactorias que justifican la economía de cada pieza de información. Estos modos, son lo que distinguen el estilo en su producción de código escrito. Es decir, podemos sacar una conclusión importante, el estilo se refiere al funcionamiento de la mente del escritor, son los recursos de las formas de realidad del pensamiento para tratar de fundamentar, justificar, explicar, demostrar, categorizar y calcular. Dos de las formas más importantes en las que un escritor actúa con su mente son el lenguaje figurativo y el especulativo.
Todos hemos escuchado que el lenguaje figurativo condimenta nuestra escritura, esta frase que puede ilustrar con su uso metafórico nuestros enfoques. Es un mecanismo central para la generación de ideas bajo el razonamiento por analogía. A medida que intimamos con las metáforas, cruzamos más límites convencionales entre conceptos. El escritor hace hincapié en la centralidad de la analogía, que vincula no sólo la metáfora, sino también conceptos relacionados como modelos de referencia, alegoría y arquetipos. Allan Peo sugirió que el alcance de nuestra imaginación es aplicado en cada metáfora como una escalera por la complejidad[6]. Sin embargo, Max Black también considera que la metáfora es como murmurar, cuando todo está en los detalles[7].
El lenguaje figurativo, es llamar a una cosa por el nombre de algo estrechamente asociado con esta, en lugar de su propio nombre. A diferencia de la metáfora, que se basa en lo parecido, la metonimia solo requiere alguna asociación preexistente (es una asociación por lo similar). Pero a pesar de sus importantes diferencias entre metáfora y metonimia, a menudo trabajan juntas en la literatura. Por ejemplo: La lectura bajo la tierra representa la mente más etérea. Tenga en cuenta, que en última instancia la interpretación es neurocognición.
¿Cómo el cerebro se apoya para la creación de metáforas? Una posibilidad es que el procesamiento cognitivo complejo y emocional dependen de grandes redes neuronales que trabajan en coordinación. El cerebro humano con sus 86 mil millones neuronas realiza un funcionamiento cognitivo de activación por sinapsis (unión de neuronas). La actividad electroquímica sirve para trasmitir señales de una neurona a otra a través de la sinapsis, cambiando así la probabilidad de que la neurona en el exterior receptor se dispare, enviando su propia señal. El patrón preciso de la actividad corresponde a un salto en el contexto general. Esta propiedad básica del sistema nervioso central apoya el matiz contextual de significados de palabras, en el lenguaje literario y aún más en las metáforas[8].
Además, la sinapsis puede ser más fuerte cuanto más aprendizaje cambia en el peso de conexión efectivo en los contextos. Debido a este tipo fundamental de aprendizaje, la metáforas que aparecen con más frecuencia son más fácil de procesar, por ejemplo:
Esto es un parteaguas en la biología.
Con ideas firmes a tierra ganamos control mental sobre el problema.
Aunque sigue siendo controversial, se ha sugerido que la dopamina hiperactiva contribuye a una tendencia hacia el pensamiento asociativo, permitiéndonos descubrir conexiones creativas entre conceptos, que la mayoría que no escribe metáforas, no consideraría nunca juntar estos conceptos. La actividad eléctrica también es fundamental en el funcionamiento del cerebro. La actividad eléctrica tiende a sincronizarse, con miles de millones de conexiones sinápticas disparando juntas un patrón rítmico. Estos patrones de ondas cerebrales se pueden registrar en la superficie con diferentes frecuencias asociadas a estados globales de conciencia, como el sueño profundo REM, relajación y atención enfocada. Diferentes estados de ánimo también se asocian con frecuencias de onda particulares. Una banda llamada alfa (8-12 hercios), parece tener conexión particular con el pensamiento creativo[9]. Esto sugiere a los investigadores, que crear metáforas, es dirigir la atención y realizar secuencias de tareas de asociación entre niveles de complejidad[10].
Los reportes de investigación, nos parecen decir, que escribir metáforas nos desarrolló un pensamiento acompañado de frases que presentan una vista transversal entre marcos teóricos de explicación y estéticos con un atractivo simplificador frente a lo desafiante de algún contexto de pensamiento. Generalmente las frases metafóricas refieren a un meta-conocimiento de la experiencia del escritor, entre más espacios de significado que ha experimentado un escritor en sus lecturas, le es más probable desarrollar esta habilidad de pensamiento por analogía. No es de extrañar esta conclusión, dada la evidencia que apunta al uso combinado de conceptos de diferentes contextos como el mecanismo para escribir un discurso figurativo con metáforas sorprendentes. El escritor busca crear metáforas en la prosa, cuando la literalidad se considera por la complejidad un uso absurdo o, cuando se considera un descanso para la mente del lector entre niveles de complejidad desarrollados en el discurso.
El lenguaje especulativo por otro lado, funciona únicamente con un punto característico de hipótesis. Una mente que respeta no solo lo que nos informa, sino también la forma lógica que procesa conceptos, hechos y la lógica de producir el conocimiento válido (epistemología). La sintaxis acumulativa nos ofrece las formas de agregar nuestras notas (premisas), para que la mente procese la información en dos planos, uno con la lógica doxástica y otro con la lógica epistemología.
Las proposiciones que entregan nuestra escritura, revelan los aspectos de nuestra inteligencia para ganar profundidad, presión, rigor y elegancia. Como Aristóteles sugirió en su retórica, el lenguaje especulativo genera párrafos que discuten las ideas a través de justificar las diferentes premisas de una parcela de la realidad. La mayoría de las situaciones de escritura de estos párrafos, es la suerte de elaborar argumentos. Este lenguaje especulativo tiene el propósito de aproximar al lector a alguna verdad. Alguna de las prosas más eficaces en la académica, alternan en su diseño discursivo piezas de texto con el efecto literario de las metáforas con el poder explicativo relacionado con la prosa argumentativa. En este modelo, el escritor piensa lo profundo, reflexiona (pausas) y continúa hacia lo profundo del objeto de estudio. Este flujo de la prosa se refleja en los cuerpos de sentencias proposicionales y metáforas.
Tenga presente que nuestra escritura está impulsada por propósitos. Escribimos para fundamentar, justificar, explicar, categorizar, calcular…, pero con la idea de causa y efecto en el armado de secuencias de sentencias y párrafos. Escribir, es intentar una variedad de metas en el arte de razonar y sentir. Cuando una escritura suma información de forma concatenada simple, el lector detecta que se le está faltando al respeto, considerándolo un agente pasivo que solo tiene que memorizar, cuando su cerebro está biológicamente diseñado para recordar sobretodo las creencias que fueron justificadas por un discurso.
Debemos en la escritura académica, no solo buscar la precisión, la coherencia y el rigor de las ideas, sino hacer de nuestra escritura un reflejo de quiénes somos, cómo pensamos, qué valoramos y qué nos emociona. El estilo de la escritura está determinado por un gran números de factores, pero un aspecto de este estilo siempre debe ser que lo escrito refleje nuestra individualidad (originalidad), que procesa la información, sintetiza y analiza contextos, además de tomar estrategias para transmitir las ideas. Estrategias finas que están presentes en la estructura de sentencias, cadenas de sentencias, párrafos e inferencias que comprometen nuestra postura frente al objeto que se está explorado.
Los profesores generalmente exigirán de nuestra prosa individual: gramática, exactitud y objetividad en todas las intenciones de nuestra escritura. Pero también, valoran la ruta en cómo la problemática y el proceso de descubrimiento se realiza entre piezas de argumentos. Sobre todo, no se tolera la simulación tan característica de una prosa monótona y temerosa de justificar sus ideas.
En resumen, escribir texto académico, es procesar la información en nuestra escritura de variadas maneras, explorando la sintaxis acumulativa, esta escritura gana como acabamos de ver, un estilo de pensar sobre nuestro tema y ofrece una ventana de observación al profesor sobre la habilidad intelectual de los estudiante. Es decir, la escritura es la personalidad intelectual ganada en cada paso curricular de nuestra vida académica. Escribir funciona como plataforma del aprendizaje profundó y como evidencia de las capacidades docentes del cuento académico de una comunidad. Finalmente la tradición intelectual de una universidad u otra institución educativa, es la medida de su tradición literaria, ella habla a la sociedad con objetividad sobre el grado de responsabilidad y seriedad que un gobierno académico está dispuesto a ofrecer a su sociedad.
A veces el intento de decir algo nuevo y correcto sobre nuestros límites de conocimiento en alguna realidad, hace que la gramática se descomponga por completo, dado que nuestra atención está en la semántica en su énfasis. En ocasiones, tendemos a cambiar las palabras que otros emplearon en nuestras lecturas, por unas de razón similar y otras de incompatible categoría. Esto es lo que nos conduce a errores de categoría y extraviar nuestra semántica. Aproximadamente, un error de categoría es el equivalente lógico de mezclar manzanas con naranjas.
Las sentencias son estados de conciencia, es común que los científicos inventen sentencias radicales sobre lo desconocido, inventan conceptos que no son muy familiares. El estudiante debe estar alerta para ajustar sus conceptos y, renovar el espacio de significado para un nuevo y más apropiado vocabulario. El lenguaje especializado resulta al novel algo extraño. Como consecuencia, cuando los estudiantes intentan explicar o incluso respaldar las proposiciones que utiliza, pueden producir sentencias incoherentes y poco gramaticales. Su escritura (aunque confusa), es una representación precisa del estado de comprensión. Este no es nada de lo que hay que avergonzarse, tampoco es nada de lo que estar orgulloso. Es solo la parte del proceso de aprender a pensar dentro del estilo científico.
Si se encuentra escribiendo una frase o párrafo que está gramaticalmente fuera de control, entonces tu pensamiento probablemente esté fuera de control. Por lo tanto, podemos usar nuestra propia prosa como medida del grado en que entendemos el problema sobre el que está escribiendo y como índice de las partes del manuscrito que necesitan más atención. Charles Young, consideraba que le debemos nuestra profundidad en las ideas ganadas, a la escritura de nuestros párrafos. Esto explica por qué la mitad de la buena escritura es gramática y la otra el arte de pensar. Si una persona puede escribir una serie de sentencias gramaticalmente consistentes sobre algún tema, entonces esa persona probablemente tiene una idea coherente de lo que está discutiendo.
Otro criterio relacionado a la buena escritura académica es la precisión. Contrariamente a la sabiduría convencional que prevalece entre los estudiantes, el lenguaje vago y tartamudo no es un signo de profundidad y astucia, sino de confusión. Los profesores que se dedican a los criterios de ganar un estilo de escritura, atienden estos efectos cantonando un desafío a los estudiantes: escribir gramaticalmente, claramente y con precisión es el reflejo de la coherencia, la expresión del auténtico estado de pensamiento en el novel. El estilo discursivo académico mejora la claridad.
El buen pensamiento toma muchas formas en las que nos concentramos a menudo en un análisis del estado que guarda un tema. El análisis de palabras que define el espacio de significado del tema, es uno de los cuales es parte de un método de razonamiento. Utilizamos el análisis (en un sentido más estrecho) como la habilidad de organizar premisas, cláusulas, referencias, fundamentos, justificaciones…, al investigar los términos desde donde se habla de un tema, el análisis identifica el concepto desde su marco de referencia teórico, disciplinar, de algún autor particular o escuela del pensamiento. Precisar nuestros términos de una manera clara, ordenada y bien estructurada, toma una forma de sentido amplio, preciso y define nuestra postura de manera transparente. Es decir, cualquier aprendiz necesita trabajar su vocabulario para adentrarse en las dificultades del tema, y una semántica precisa para que al pensar se construyan sentencias coherentes.
La escritura ha tomado muchas formas, incluyendo la conversación, el drama, el discurso académico y científico, así como el de ficción. Hay otras razones para discutir la analítica de los términos especializados de las disciplinas. Adoptar el valor epistémico de ganar profundidad en nuestro razonamiento, elegancia e identidad con una disciplina profesional. Desarrollar una prosa atractiva para muchos estudiantes es extremadamente difícil de ejecutar bien. Siempre se está tentado a escribir fuera de un sistema de toma de notas, por lo que caemos en la improvisación y lo superficial del contenido del tema. Hacer los términos especializados es parte del trabajo de investigar los antecedentes a todo tema de investigación. La retórica, como la usaremos, se refiere al estilo objetivo, es decir, a aquellos elementos de la escritura académica que facilitan la comunicación y la necesidad de fundamentar, explicar, justificar, demostrar, categorizar, calcular…, tan característicos que cambien en el discurso científico.
La escritura con propósitos académicos está destinada a la práctica intelectual creativa de construir y procesar ideas. La capacidad de presentar los pensamientos, es posterior a la capacidad de componerlos. Las habilidades adquiridas al escribir, son habilidades para ordenar, estructurar y diseñar cuerpos de teorías, definiciones, conceptos que los hablantes enfrentan:
- El estudiante prepara sus lecturas antes de comenzar a pensar las ideas de un tema en profundidad y originalidad.
- El sistema de toma de notas es determinante para tomar el control de la escritura dentro de márgenes aceptables de profundidad de un tema.
- El sistema de elaboración de sentencias en cuerpos de párrafos es el oficio que responde al metaargumento planificado de un manuscrito formal.
- Atender las sugerencias a los borradores y aplicar revisiones exhaustivas de pulido de erratas y gramática.
- Si un estudiante no escribe, el profesor no puede esperar que sus pensamiento logren ser coherentes, originales y profundos.
Es indispensable que el autor sepa quién es el público de su audiencia, un autor puede asumir que su profesor es el público al que está dirigido. Un estudiante no está en la posición típica de un autor por muchas razones. Mientras que un autor generalmente elige su público, el público al estudiante se le impone o el profesor como autor se impone al estudiante. Ambos deben aprovechar al máximo la necesidad de generar aprendizaje. A menos que, el estudiante se excepcionalmente autodidacta, no está escribiendo para informar y convencer el estado mental de control sobre sus pensamiento en algún tema. El propósito de la escritura del estudiante no es expositiva o descriptiva de un tema, fundamentalmente discute los temas: fundamentar, explicar, justificar, demostrar, categorizar, calcular. El estudiante en su escritura no asume que el profesor deba ser informado, el manuscrito en su originalidad es un “fotograma” del estado de control del pensamiento de una persona sobre algún tema particular. El profesor en su papel de valuador entiende que el escritor estudiante está en entrenamiento y no es experto en el tema que discute. Pero, esta es la situación existencial en la que el estudiante como autor desarrolla sus habilidades intelectuales.
La estructura y estilo de la escritura de un estudiante debe ser comparada con la literatura que procesa para su toma de notas, el objetivo de esta, es demostrar al profesor que conoce alguna versión teórica del tema, elaborada y reconstruida por él mismo. Además, si un estudiante no defiende su manuscrito y hasta muestra que desconoce las proposiciones (premisa) que seleccionó para fundamentar y justificar sus pensamientos, solo es signo de una señal de plagio. El estudiante debe demostrar que conoce las estructuras de sus argumentos utilizados en su manuscrito, para probar su honradez y, además, usar el lenguaje especializado presente en su manuscrito como parte de sus recursos lingüísticos para defender su postura.
Todos los términos relevantes deben estar explicados y el resto, se entiende que normativamente el autor los domina en su mínima semántica a la luz de la teoría que les da sustento. El término especializado relevante no se introduce como una definición de diccionario, se discuten desde varios autores hasta definir la propia postura. Las palabras con significado ordinario en una disciplina les llamaremos sentencias normativas y estas no necesitan ser acompañadas de citas y referencia respectiva. Cuando un autor utiliza un término como ordinario en un sentido disciplinar, debe tener cuidado de no engañarse o confundirse de que este término esté fuera de un marco teórico al que se está desarrollando.
No es bueno resistirse a documentar los términos relevantes del manuscrito, con el pretexto de que el profesor debería conocerlos. Reiteramos, no es el conocimiento del profesor lo que está en cuestión, sino el del estudiante a través de su manuscrito y la defensa que hace de este. En su responsabilidad mostrada con cada detalle de sus piezas de escritura, el profesor conoce el control o descontrol de alguien sobre el tema discutido. El manejo solvente de términos relevantes al tema, es lo que tiene que despistar en sus discursos el estudiante, como valor para acreditar que conoce y que sabe el método del estilo científico.
Es apropiado que el docente asuma una actitud flexible y consciente de que no hay tiempo suficiente para articular todo el conocimiento humano, la ignorancia es evidente. Si tiene dudas sobre lo que puede asumir de la totalidad del conocimiento, debe preguntarse si su vida es infinita. Ante esta evidente condición humana, debe estar abierto para revisar los trabajos de los estudiantes que han integrado nuevo conocimiento a sus manuscritos.
Si estamos escribiendo para alguien, entonces debemos considerar a esa persona digna de la verdad (y esta persona es digna de la verdad), entonces debemos tratar de hacer que sea verdad lo más inteligente y accesible para ella como sea posible. Además, si escribes para una audiencia, estás presionando el tiempo de esa persona. Estás esperando que tu lector invierta tiempo y por ello, has tratado justamente de volver económico el tamaño del texto. Un texto trivial o descuidado en su estructura es un insulto a la audiencia, además de reflexionar un conjunto de manuscritos el profesor, puede ser que se siente tentado a identificar talento radical.
Aunque usted es el autor de un manuscrito, no debe ser intrusivo. Esto significa que no puedes referirte a ti mismo en primera persona. Muy pocos estudiantes tienen el valor de defender sus convicciones sobre cuestiones importantes, que son resultados de la investigación de fundamentos, de la justificación de cadenas de razón, de inferencias de explicación, de categorizar conceptos, demostrar y calcular; merecen el valor necesario para defenderlas. Las ideas tienen tantas consecuencias como las acciones tecnológicas. Algunos buenos escritores u otros malos, pero todos originales esfuerzos.
Una persona que escribe, está exhibiendo su valor intelectual para mantener el control de sus pensamientos. El que escribe es una persona activa que está comprometiendo con sus líneas de razonamiento y sometiendo abiertamente ese razonamiento al escrutinio racional.
La escritura académica es prácticamente no autobiográfica, incluso cuando tiene elementos autobiográficos lo hace en tercera persona. Es muy improbable entonces que, su vida personal o sentimientos personales deben ser expuestos en su escritura académica, al menos en esos términos en los que sea estrictamente necesario. Las sentencias implican, que el autor tiene motivos objetivos para sus posiciones y, por lo tanto, que el público debería argumentar de la misma manera.
La noción de persona es una técnica. La palabra persona para la escritura viene de la palabra latina que refiere a máscara de los actores en un escenario, es jugar un papel en el rol de un texto. Un autor tiene el papel inefablemente de creador, ya que es responsable del manuscrito. Es difícil hacer referencia al “yo” como un personaje en el escenario del compositor de texto académico. El punto es que cuanto más objetivo sea el punto de vista del autor, nunca hay necesidad de que el autor se lance en primera persona.
Para cambiar la figura del habla en el texto, el narrador en el texto académico actúa como Dios dentro de los límites de la lógica. La posición trascendente de un autor es intrínsecamente anti escéptica, limitada por la coherencia de la lógica. Al escribir está en guardia, atento al pensamiento que intenta demostrar un punto mediante un escenario lógicamente fragmentado. Un tema difícil para el estudiante autor es saber lo que su profesor piensa que es una buena manera de abordar un problema. Algunos profesores piensan que las intuiciones de una persona son el mejor punto de partida; otros piensan que uno debe comenzar por tomar notas revisando la teoría y lo que muchos otros piensan al respecto.
Las intuiciones son juicios pre-teóricos que una persona hace sobre algo. Por lo general, estas intuiciones las contrastan con las sentencias que otras personas hacen al examinar el tema extensamente en la literatura. A menudo, estos juicios reflexivos son el resultado de aceptar alguna teoría. Una teoría es una explicación o descripción sistemática de una clase de fenómeno. La teoría debe consistir en algunas proposiciones generales que se aplican a todos o casi todos los fenómenos y otras de carácter vanguardista en la literatura de frontera. Además, debemos identificar las teorías incompatibles, dado que en la ciencia por lo general sobre cualquier tema hay más de alguna explicación y entre ellas descansa la incompatibilidad.
Algunos creen que la intuición y la teoría se relacionan. La intuición privilegia como hilo conductor la curiosidad y la teoría se construye para justificar y explicar a las intuiciones. El objeto de la academia es desarrollar cuerpos de teorías sobre temas y pulir las intuiciones de sus miembros, de modo que las discusiones se eleven en virtud: profundidad y complejidad. Bertrand Russell argumentó que las sentencias son en realidad afirmaciones existenciales realmente complejas, que significa algo sobre la tradición intelectual de una comunidad académica.
Promover en la escritura la intuición o solo la teoría son posiciones extremas. Hay un punto medio entre estas que promueven lo que se puede llamar equilibrio reflexivo. Este punto de vista sostiene que la ciencia debe comenzar con las intuiciones a partir de la base axiomática humana y la teorización, es decir, el sistema de justificación e inferencia, debe comenzar por tratar de explicar esas intuiciones; que cuando las analiza entra en conflicto y se compromete con la objetividad, de tal manera, renuncia a acomodar las premisas a sus propias intuiciones. Las intuiciones deben ceder cuando las declaraciones teóricas explican con rigor y revelan las inconsistencias de las intuiciones. Y las declaraciones teóricas deben ceder cuando numerosas evidencias atestiguan experiencias que apoyan a la intuición.
No hay manera de predecir qué hará con sus intuiciones el profesor, pero con pausas de reflexión que discutan las intuiciones, se reducirá la incertidumbre de su postura sobre cualquier tema. Es importante que logre en sus manuscrito tomar el compromiso de una postura sobre el tema, de lo contrario su texto podría ser tachado de superfluo.
Así como el núcleo de una obra dramática es su trama, el núcleo de un texto académico es su argumento de tesis. Traducir fundamentos, justificaciones en argumentos, es desarrollar una discusión. Argumento más o menos podemos decir que es sinónimo de razonamiento. En la academia, los científicos involucran al razonamiento como la práctica de producir teoría. Aunque se trata de un texto lógico, es crucial entender que las estructura de la lógica de conceptos y armado epistemológico en el nivel más simple, es un argumento.
Un buen argumento, es uno que lo que hace es girar entorno a la tesis. Un mal argumento es uno que no lo hace. Un buen argumento es uno que muestra a la persona racional en su análisis de premisas, en la construcción de una conclusión, mostrando el camino en la profundidad de la discusión de la tesis. Un buen argumento es en relación a la persona que lo escribe, lo que legítimamente podría llevarlo a una conclusión, reconociendo que hay razones obvias cuando este es armado en un proceso original de análisis de notas.
Un argumento es una secuencia de dos o más proposiciones como premisas, las cuales designan una proposición como inferencia de conclusión. Un argumento es válido si contiene premisas que también son verdaderas. Un argumento es convincente, es decir sólido, si reconoce dentro de él una estructura lógica sin contradicción y un contenido coherente en su semántica. Una proposición es una sentencias que tiene un valor sin ambigüedad para calificar su estado de verdad. A veces las proposiciones se contrastan con preguntas y fundamentos, se escribe al modo de declaración o afirmación, aunque el significado de estas palabras no son sinónimos.
Las cadenas de proposiciones o cláusulas, son una cadena de premisas que deben lograr relacionarse de alguna manera lógicamente significativa. Cuando se alcanza la conclusión, la inferencia ensaya una tesis, subordinando su verdad a lo que hay de verdad en las premisas, que a su vez cada premisa es una conclusión subordinada a otras premisas en otro argumento de apoyo. Las proposiciones llamadas premisas son los fundamentos que apoyan la justificación (cadena de lógica de premisas). La justificación proporciona apoyo a la conclusión.
Se supone que las premisas proporcionan la fuerza racional que fundamenta para aceptar la conclusión. Rara vez sucede que una justificación son dos simples proposiciones para constituir un justificación. En un argumento persuasivo, las premisas son un grupo de 5 a 20 sentencias, que normalmente requieren la colaboración de piezas de prosa reflexiva y embellecimiento literario. Sin embargo, los caminos a lo falso son infinitos, mientras que la verdad suele ser único.
Un argumento tiene dos atributos: validez y verdad. Un argumento es sólido en cualquiera de estos dos casos.Un argumento es válido si y solo sí necesariamente sus premisas son verdaderas, entonces, la conclusión es verdadera. La validez la hemos definido en términos de la verdad de cada premisa de la justificación, este es un proceso parcial a todo el texto y local a cada proposición. Este proceso de explicación debe guardar coherencia lógica cuando conecta las diferentes premisas de la justificación y más tarde, deducir o inducir una conclusión.
La validez es un proceso de evaluar las premisas en lo local y la justificación como cadena de estas premisas. El proceso de solidez de lo verdadero de un argumento, es resolver la necesidad hipotética de sacar conclusiones pertinentes al problema que se está discutiendo. No hay nada de malo en que en este proceso dejar los conceptos indefinidos. De hecho, es innegable, para decir algo, uno debe asumir que se entiende los significados de las palabras que emplea. Si el argumentador considera que es crucial para interpretar los argumentos, construir definiciones y precisar conceptos, se puede explicar estos en pausas que enriquezcan la semántica reconocible en las premisas involucradas.
Un argumento es convincente cuando sus fundamentes son relevantes, vigentes y en armado estructural de la justificación no presentan contradicción. Hay muchas razones por las que una persona racional podría no reconocer un argumento como conveniente. Si su forma lógica es demasiado imprecisa y renuncia a la complejidad natural de ese contexto de contenido. O, la evidencia necesaria para demostrar las premisas es aún inmadura en su consolidación, porque requiere que más investigaciones independientes la consoliden, con ello, la condición de reconocimiento normativo de la disciplina está en tránsito de apoyar con más datos claves a los hechos referidos.
La formulación adecuada de un argumento, es la estructura lógica de la justificación y la inferencia de conclusión, de manera que lo válido sea evidente. La cuestión de la evidencia, por otra parte, está relacionada con el contenido de un argumento en el terreno de lo empírico, esa relación coherente entre datos y hechos debe ser verdadera y las pruebas presentadas deben dejar claro cómo se justifican su pertinencia al sistema de explicación.
Un argumento es válido porque satisface la definición de validez aunque la conclusión no esté relacionada con la premisa. Cuando un argumento contiene una premisa contradictoria, entonces esa premisa es necesariamente falsa, y por lo tanto, no es posible que todas las proposiciones de la justificación sean verdaderas y la conclusión falsa. En términos más generales, aunque no exista una premisa única contradictoria, siempre que las premisas sean conjuntamente contradictorias, el argumento es válido.
El hecho de que cada argumento con premisas contradictorias sea válido demuestra que la verdad real de las proposiciones locales y la validez del argumento son cuestiones separadas y no deben confundirse. Sin embargo, no se consterna que todos los argumentos con premisas contradictorias sean válidos. Cada discusión con premisas contradictorias también es insensato, ya que no todas las premisas pueden ser verdaderas juntas. Al menos una de las locales deber ser falsa. Decir que un argumento es válido es decir que los locales implican la conclusión. Pero, ¿de qué depende el compromiso? Una respuesta es que el significado depende de las palabras que componen las proposiciones del argumento. Se puede distinguir dos tipos de palabras: tema nuestro y tema específico.
Las palabras específicas del tema incluyen aquellas que normalmente se consideran como conceptos, así como palabras más cargadas de emociones. Lo que estas tienen en común es que especifican o restringen la semántica de un tema. Una sentencia con palabras “conceptos”, la lógica que se ocupa de sus propiedades de información es la doxástica, por lo tanto, refiere a las implicaciones entre semántica.
Este objeto es verde.
Y
Este objeto es coloreado.
Temas con palabras específicas que son muy geniales o centrales para nuestro esquema conceptual, son temas tradicionales de la ciencia, y el estudio de su contribución a las implicaciones de las proposiciones que participan en la estructura de la teoría, podría ser de enorme importancia para la naturaleza del conocimiento preguntando si
x sabe que p
Implica
x cree que p
Y podría preocuparse por la naturaleza de la verdad preguntando si
“S” es verdadera
Implica
“S” corresponde a algún hecho.
Cuando el científico formula preguntas o problemas en términos de si una cosa implica otra, pueden estar involucradas en una búsqueda muy tradicional.
Ahora vamos a considerar algunas palabras neutras, tema: no, y, o, si… entonces, si y solo sí, todos y algunos; son neutrales en el sentido de que no restringen el tema en discusión.
6.6 La estructura simple del discurso académico
I Declaración del problema.
II Justificar la posición frente a otras posturas.
III Mostrar la validez de nuestro argumento de tesis.
IV Justificar que nuestras premisas son verdaderas.
V Expresar el resultado de nuestros argumentos.
I Declaración del problema. Especifique qué tema general se discutirá. Informe lo que otros autores han pensado sobre este tema. Indique lo que debe probarse; el estado de la disertación. Explique por qué este tema es interesante o importante. Indique lo que asumirá en su texto como normativo y sin argumentación: sus postulados.
II Justificar la posición frente a otras posturas. Dar argumentos que definan el nuevo camino, explique la fuerza de su argumento frente a otras posturas.
III Mostrar la validez de nuestro argumento de tesis. Explicar los términos que utiliza en el sentido exacto para resolver la ambigüedad. Explicar los fundamentos de sus premisas. Desarrollar inferencias intermedias citando qué reglas deductivas o inductivas apoya las relaciones de sus conceptos. Hacer explícita la justificación de sus conclusiones sobre la existencia necesaria de su tesis.
IV Justificar que nuestras premisas son verdaderas. Dar pruebas de las premisas y explicar el rol de esos términos que podrían ser más comprendidos. Proporcionar ejemplos que apuntalen las premisas. Plantear objeciones, encontrar su posición e históricamente citar a los que han planteado un problema similar. Responder a las objeciones de sus premisas.
V Expresar el resultado de nuestros argumentos. Indicar los resultados de su sistema teórico y las implicaciones que supone su aportación.
Los antecedentes, son un esquema en el orden racional en que la discusión puede desarrollarse paso a paso. Generalmente se hacen explícitos los antecedentes generales. Significa discutir la existencia de un tema, como elementos subordinados que otros han pensado sobre este problema. Discutir la necesidad de argumentos incrustados para apoyar las premisas, es reconocer la necesidad de argumentos subordinados a la verdad de las premisas. Al escribir debemos intentar mostrar que nuestras creencias están en la dirección de apoyar la tesis central del manuscrito.
6.7 Definiciones
Si cada palabra necesitara ser definida, entonces incluso las palabras utilizadas en las definiciones tendrían que ser definidas; y luego las palabras utilizadas para definir las definiciones. Sería un proceso interminable. Así que, el proceso de definición debe terminar en algún lado. ¿Cuándo es necesario definir una palabra? La respuesta es que un término debe definirse si se utiliza dentro del sistema principal de la escritura de nuestras teorías. Es una palabra ordinaria utilizada en un sistema no ordinario. Cuando un término es especializado y pertinente a la discusión del tema, este debe ser explicado. La audiencia también determina qué debemos considerar definir por su grado de complejidad y especialidad.
No es necesario definir todo los tipos de definiciones o todos sus propósitos. Para nosotros basta con decir que el propósito general de aclarar el significado de una frase, depende de la necesidad real de una palabra o frase que es parte sustantiva del tema de discusión. En consecuencia, toda la realidad puede ser categorizada por el sistema conceptual que estamos discutiendo en el tema.
6.8 Distinciones
Estas solo debe hacerse cuando sean necesarias y justificadas. Una distinción es la que explica cuando los términos son mutuamente excluyentes. Categorizar es clasificar la naturaleza, atributos y participación de los conceptos en el sistema de explicación. Cada distinción depende de si ella da existencia de alguna propiedad que tienen todos los términos de un grupo o categoría y todas las cosas que no están en el otro grupo de términos.
6.9 Análisis
Los análisis se basan explícitamente en dar las condiciones necesarias y suficientes para conectar los conceptos del sistema de explicación. Dado que las definiciones fueran determinadas de este mismo sistema, estos proceso ocurren simultáneamente. El análisis es descomponer en partes específicas y sus relaciones con otras nociones del sistema teórico. Un análisis intenta especificar en sus criterios la existencia de un sistema complejo que establece con profundidad las razones explícitas del debate sobre todo lo que integra el marco de explicación. El análisis identifica premisas, justifica razones e infiere conclusiones parciales.
Referencias
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